En los últimos días se ha visto una gran número de indocumentados en la región. Algunos se les ve caminando en las orillas de las vías ferroviarias, otros en las calles o en los semáforos pidiendo alguna moneda o algo de comida.
Muchas personas de origen centroamericano y del caribe, huyen de su país de origen en busca de una mejor vida.
Orlando, como dijo llamarse, platicó que salió de Honduras junto con su familia y un grupo grande de personas, a principios de octubre y todo el recorrido para llegar aquí ha sido una situación muy difícil.
Platicó que unas personas en Atitalaquia les mintieron diciéndoles (a todo el grupo) que ya estaban a punto de llegar a la frontera, que quizá en dos horas más.
Lamentablemente fueron engañados, y ahora, él junto con un gran grupo de personas indocumentadas estaban en un costado del edificio de la exclínica del IMSS número 5, en la calzada Melchor Ocampo, en Tula, en espera del autobús que los lleve al municipio de Nopala de Villagrán, donde van a esperar el próximo tren que los acerque a la frontera y así poder pasar a Estados Unidos.
Han pasado hambre y frío, la misma suerte pasan grandes y chicos, pero lo más complicado fue pasar por la selva. Además sufren el rechazo de muchas personas, y al momento de platicar con este medio se sentía temeroso por la posible llefada de alguna patrulla de la policía y ser puestos a disposición de Migración.