*No se invierte en ellas, el museo Jorge R. Acosta en la de Tula permanece cerrado desde hace más de cuatro años y el director de la dependencia en Hidalgo no se presta al diálogo.
En crisis las zonas arqueológicas de Hidalgo, sostiene la secretaria del Sindicato Nacional Democrático de los Trabajadores de la Secretaría de Cultura, sector INAH, Martha Carmona Mejía. Esto pone en riesgo el patrimonio histórico y cultural, por la falta de inversión e interés de autoridades federales y de la delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
En el mismo sentido se pronunció Armando Arenas Sánchez, colegiado del Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Cultura, al referir que ya le dieron a conocer, desde el 25 de enero del presente año, todo lo que necesitan las zonas arqueológicas al director general del Instituto, Diego Prieto Hernández.
Solicitaron presupuesto para la conservación de zonas arqueológicas y cuestionaron el recorte presupuestal que hizo el gobierno federal para destinarlo a otras obras; atención al rezago que mantienen los museos; la reapertura del museo Jorge R. Acosta de la Zona Arqueológica de Tula, cerrada desde hace más de cuatro años, y la destitución del delegado de la dependencia en Hidalgo, Héctor Álvarez Santiago, de quien dicen se niega al diálogo.
Es observable el deterioro de las zonas arqueológicas debido a factores físicos y climatológicos, incluso algunos daños son irreversibles, hicieron notar en conferencia de prensa, en la que recalcaron la necesidad de reabrir el museo Jorge R. Acosta, considerado el más importante de la entidad.
Los trabajadores sindicalizados tienen una agenda de necesidades urgentes de atender por la institución en materia de conservación y protección técnica y legal de los sitios patrimoniales y monumentos históricos en el estado de Hidalgo. De ello hablaron en la reunión de enero, pero también de otras cuestiones.
Como resultado, el director general del INAH se comprometió a la reapertura del Museo Jorge Acosta de la Zona Arqueológica de Tula a más tardar el 21 marzo, pero no cumplió; “sólo se pretendió aperturar el espacio con el montaje de nueve vitrinas con 26 piezas en exhibición, con material museográfico reciclado y armado al vapor, a sabiendas que contamos con un gran acervo cultural y una tradición y experiencia”, expresan en un comunicado.
También refieren acerca de la problemática de la falta de personal derivado de jubilaciones y defunciones de compañeros que no fueron cubiertas por muchos años, situación que derivó en el acuerdo de liberación de estas plazas y la publicación de convocatorias para ser cubiertas.
Los procesos se realizaron recientemente, pero todas fueron declaradas improcedentes de asignarse al no alcanzar ningún participante calificación aprobatoria, y en donde participaron incluso personal de jefatura del INAH Hidalgo y especialistas que han trabajado por contrato en el INAH. “Lo que parecería que solamente se trató al igual que el caso de la apertura del Museo Jorge Acosta, de compromisos adquiridos para evitar manifestaciones de trabajadores y de procesos de simulación de atención institucional”. *NI*