*Se espera en próximos días otro grupo más de alrededor de ocho mil.
Por Marisol Martínez Cruz
En los últimos días, se ha visto a miles de personas en la región, principalmente en los municipios de Atotonilco, Tlaxcoapan, Tlahuelilpan, Tula, Tepetitlán, Nopala y Huichapan, en espera de poder abordar algún vagón del ferrocarril que los lleve a algún estado colindante a la frontera entre México y Estados Unidos.
En la caravana de migrantes viajan personas de todas las edades, incluso niños en brazos.
La mañana de este martes 5 de diciembre llegaron alrededor de 300 personas en su mayoría de nacionalidad venezolana y se quedaron en la calle Xicoténcatl en espera del microbús que los llevara al municipio de Nopala de Villagrán, para de ahí transbordar para llegar a Huichapan donde esperan abordar el ferrocarril.
Alrededor de las 9:30 de la mañana, la empresa de AVM envió un microbús para apoyar a las personas de manera gratuita, pero muchos no abordaron por temor a que fuera una trampa para entregarlos con Migración.
Conforme pasaron las horas fueron llegando más y más personas, por lo que el secretario de Seguridad Pública municipal Enrique Ortega se comunicó con el responsable de la empresa AVM, para solicitarle apoyo de más transporte para toda la gente que estaba en la cera.
En coordinación con el presidente municipal Mario Francisco Guzmán gestionaron seis microbuses, pero solo fueron ocupados cinco para así poder llevar a Nopala de Villagrán a las personas.
Ellos platicaron que les han dicho que en Huichapan se detiene el tren y pueden aprovechar para abordar, muchos han decidido irse para ese punto porque han estado esperando varios días en el municipio de Huehuetoca, Estado de México, en las comunidades de Vito en Atotonilco de Tula, Doxey en Tlaxcoapan y Tlahuelilpan, pero el tren pasa rápido y no se detiene.
Toda una aventura el viaje
Es toda una aventura viajar desde Centroamérica para recorrer todo el país mexicano hasta llegar a la frontera, así lo platicó con los ojos a punto de llorar, Naty Contreras.
Platicó sobre los abusos de muchas personas al verlos tan vulnerables y que son extranjeros, por ejemplo, en los moteles les cobran hasta lo doble, en algunos lugares hasta mil pesos por tres personas.
Como desconocen la tarifa del transporte público también les cobran de más, hasta por pedir de favor en algunos establecimientos para cargar el celular cobran diez pesos, por diez minutos.
“Caminamos sin sentido, no sabemos para dónde vamos, solo seguimos a los demás, es triste porque ya estamos agotados, llevamos varios días sin dormir, comemos lo que hay, en algunas ocasiones tostadas con salsa de tomate, caminamos mucho y el frío es intenso”.
“Algunos de los compañeros vienen caminando desde Huehuetoca, cruzan el basurero y del basurero salen a Vito, ahí abordan el tren que viene de la ciudad de México con dirección a Querétaro, es más fácil ir puebleando”.
Dijo que el viaje ha sido pesado de Venezuela a Colombia, la selva de Panamá, de ahí se quedan en un refugio que se llama Bajo Chiquito que es en Panamá y de ahí a la ONU de Panamá, luego a Costa Rica, luego otro autobús que los llevó directamente hasta la frontera de Nicaragua y llegar a Guatemala y si corren con suerte de no ser atrapados por Migración arriban a la Ciudad de México.
En la selva de Panamá es mucho riesgo, muchos no logran pasar y más con los niños chiquitos, para atravesar se tardan por lo menos tres días y medio caminando.
“En la selva había muchos muertos por caídas, por pincharse los pies, por hambre o por deshidratación, a un niño le pico una culebra y los papás al ver a su hijo sufrir y morir decidieron ahorcarse, la selva es fuerte no cualquiera la pasa, hay cocodrilos, caimanes, tortugas, los niños que lograron pasar son unos guerreros, porque no es fácil, tienen que pasar por un río que a los adultos les cubre el rostro y los pequeños tienen que ser cargados en los hombros, yo viajo con mi cuñada, hijos, esposo, mi hermano y mis sobrinas, venimos de Mérida, Venezuela, de la Sierra Nevada, ya todos estamos cansados, pero nada nos detiene, lo más difícil ha sido la selva y México, porque de muchos lugares nos deportan y nos regresan hasta Tapachula cuando ya llevábamos la mitad de camino.
En su país no hay oportunidades
Dicen que en la frontera debemos de pagar para que nos ayuden a pasar, pero si no se puede, nos vamos a cruzar el Río Bravo, ya nada nos asusta, pues venimos de lo peor, salimos de un país tan rico como lo es Venezuela, pero tan pobre a la vez, no hay oportunidades, los sueldos son muy bajos, los únicos afortunados son los que trabajan en el gobierno de Maduro.
“Aquí, en la caravana viajan muchos profesionistas, doctores, licenciados, profesores, que allá no ganan un sueldo digno, por eso tenemos que migrar, mucha gente nos entiende porque conocen el régimen de nuestro país, otros más nos ven como intrusos, nos humillan y abusan de nosotros”.
“Yo tuve que dejar en Venezuela a un hijo de siete años, porque ya no tenía tantos recursos, nos están ayudando nuestros familiares que nos van depositando dinero conforme vamos necesitando, porque si traemos dinero con nosotros somos víctimas de la delincuencia”.
“Ahorita vemos con la esperanza que en Huichapan se detenga “la bestia” para poder abordar y nos lleve hasta algún estado de la frontera, ahí nuestro destino vuelve a tomar otro rumbo, de todos los que venimos no todos lograremos pasar, eso lo sabemos todos, pero tenemos que arriesgarnos”, finalizó Naty Contreras.
Cabe resaltar que en días pasados el gobernador del estado de Hidalgo, durante su visita al municipio de Tepetitlán dio a conocer que el DIF estatal ha estado acondicionando albergues a fin de ayudar a los indocumentados en su paso por el estado, y esto se va a replicar en los municipios principalmente por donde se da el paso de los migrantes.
Aún se espera el paso de más centroamericanos por los municipios de la región y es que vienen en grupos grandes y con el próximo se espera un aproximado de ocho mil personas de diferentes países, como Venezuela, Honduras, Haití, Colombia, etcétera. NI