Quienes han vivido por muchos años en la colonia saben que el terreno de la familia que construye era apenas una cuchilla y ahora se ha extendido, sobre todo al inicio de la administración actual. Había un espacio como para más tumbas y ya se perdió con la obra que realizan.
Saben además que la familia en cuestión ni siquiera tiene documentación que acredite la propiedad, a pesar de que su argumento es que ya negociaron el espacio que invadieron dentro del panteón. Por lo que es necesario que haya un deslinde para determinar hasta dónde llega el límite del terreno del cementerio.
Este problema se presenta hacia la calle Josefa Ortiz de Domínguez y cerca del callejón que lleva a la secundaria Lázaro Cárdenas. Donde se puede observar la construcción que sobresale porque las demás viviendas sí están alienadas. (MGP)