Por José Antonio Trejo Rodríguez.
¡Hey familia. Danzón dedicado al respetado y estimado Doctor Enrique Estrada Sandoval por su cumpleaños 89!
Este año 2024 se cumplen los primero cien años de actividad de una de las orquestas más importantes de la música cubana: La Sonora Matancera, cuna de genios, de artífices musicales que han hecho al mundo vibrar, gozar, disfrutar, amar, a ritmo del son, del bolero, de la guaracha y de la salsa, acompañados de voces distinguidas, reconocidas al primer acorde: Daniel Santos, conocido como “el tremendo anacobero” y “el jefe”; Bienvenido Granda, “el bigote que canta”; Celia Cruz; Celio González; Carlos Argentino; Welfo Gutiérrez; Alberto Beltrán, solo por mencionar a algunos y con grabaciones circunstanciales con estrellas como Pedro Vargas.
“Seeco 7515-B Matriz SR-8561. Cañonazo. Sonora Matancera. Canta Laito, Rogelio y Caito” se escucha la voz de mi tocayo Juan Antonio Cuéllar, curador de la impresionante Frontera Collection, a través de su canal en YouTube, presentando uno de los éxitos icónicos de la reconocida agrupación nacida en Matanzas en enero de 1924 con el nombre de “Tuna Liberal” a instancias de una agrupación política que los contrataba para amenizar sus mítines. En su inicio estuvo, integrada, de acuerdo con publicaciones en Internet, por: Valentín Cané en el tres; Pablo Velázquez Gobín en el contrabajo; Eugenio Pérez en la voz; Manuel Sánchez en los timbales; Ismael Goberna en la trompeta; Domingo Medina, José Manuel Valera, Julio Gobín y Juan Bautista Llopis en las guitarras. Un par de años después, la agrupación cambió su nombre por el de “Septeto Soprano” y un año más tarde por el de “Estudiantina Sonora Matancera” y a la vuelta de un año graban su primer disco de 78 rpm.
Es en la década de los treinta que el grupo suma a un pianista de nombre Dámaso Pérez Prado, el famosísimo “Cara e foca”, quien un día llamó por teléfono a la vecindad de la Ciudad de México en la que vivía el Doctor Estrada siendo un niño y pidió que lo comunicaran con otro de los inquilinos. En esa misma época, borran el título de estudiantina a su nombre y se queda como “La Sonora Matancera”. En los años 40 ingresa al grupo el trompetista Pedro Knight y llega como vocalista “el bigote que canta” Bienvenido Granda: “Luna ruégale que vuelva y dile que la espero, muy solo y muy triste, en la orilla del mar…”
La llegada del ya reconocido cantante puertorriqueño, el jefe Daniel Santos, “el tremendo anacobero” a la Matancera los catapultó al éxito internacional. Recomiendo leer “La importancia de llamarse Daniel Santos” de la autoría de Luis Rafael Sánchez. El prestigio del jefe como cantante llevó a varios críticos a asegurar que Daniel Santos no era solista de la Matancera, sino que la Matancera era la acompañante del tremendo anacobero: “Si yo no fuese corneta y lo rompo de verdad, es tanta la cantaleta que no puedo ni descansar. Corneta pa´ trabajar, corneta para comer, corneta pa´ descansar, corneta pa´ no sé qué…”
A fines de 1950 llegó Celia Cruz a la Matancera, una de las voces femeninas más destacadas de la música en América Latina: “No sé qué tiene tu voz, que fascina, no sé qué tiene tu voz, tan divina. Que mágico duelo le trae consuelo, a mi corazón, no sé qué tiene tu voz que domina, como embrujo de magia a mi pasión…” En 1952 Bobby Capó grabó con ellos Piel Canela: “Que se quede el infinito sin estrellas, o que pierda el ancho mar su inmensidad, pero el negro de tus ojos que no muera y el canela de tu piel se quede igual…” En 1953 salió de la agrupación Daniel Santos y un año después lo haría Bienvenido Granda. A los pocos meses ingresó el cantante dominicano Alberto Beltrán: “Aunque me cueste la vida, sigo buscando tu amor, te sigo amando, voy preguntando, dónde poderte encontrar…”.
Fue en 1955 que invitaron a Carlos Argentino a cantar con ellos: “Anoche, anoche soñé contigo, soñé una cosa bonita, que cosa maravillosa, ay cosita linda mamá…” Y al siguiente año llegó Celio González, también con una trayectoria bien establecida: “Vendaval sin rumbo, que te llevas, tantas cosas de este mundo, llévate la angustia, que produce mi dolor, que es tan profundo…” Al triunfo de la revolución cubana se retiran de la matancera Carlos Argentino y Celio González, quedando únicamente Celia Cruz como cantante de base.
A mediados de junio de 1960 salieron de gira a México para jamás regresar a la isla bella, residiendo en nuestro país, reclutaron como cantante a Emilio Domínguez, conocido como “el jarocho”. La alineación de la Matancera cambia constantemente en los años 60 a causa de la edad de sus integrantes y las nuevas oportunidades ofrecidas a los consolidados. Cantantes como Carlos Argentino, Celio González y hasta el mismo Daniel Santos se presentaron con ellos, retomando sus éxitos, incluso Pedro Vargas cantó con ellos en presentaciones televisivas.
A principios de los 70s reclutan a Welfo Gutiérrez, con su gran melena afro y su bigote, su baile característico, retomando éxitos de la Matancera como “Cañonazos”: “Hay una jovencita que es, atracción popular, en La Habana, por donde quiera que pase, por donde quiera que vaya, no se oye más que decir ¡Sonaron los cañonazos, cañonazos, sonaron los cañonazos!” La celebración en 1989 de los 65 años de la Matancera, realizada en Nueva York, reunió por última ocasión a los músicos que hicieron época: Celia Cruz, Daniel Santos, Celio González, Bobby Capó, Carlos Argentino, Welfo.
Actualmente la Sonora Matancera tiene como sede a Las Vegas, en donde a un siglo de su fundación, siguen asombrando a su público con el don de hacer música cubana. Disfrutemos la oportunidad de verlos y escucharlos, abundan sus grabaciones y videos en YouTube. Su calidad artística es inigualable, no cualquiera cumple cien años en el gusto del público ¡Muchas felicidades a la Sonora Matancera! *NI*