Por José Antonio Trejo Rodríguez.
La Filmoteca de la UNAM presenta en formato de documental de la autoría de José Ramón Mikelajáuregui y guion de Álvaro Matute, imágenes históricas del periodo posrevolucionario, filmadas por diferentes camarógrafos entre 1917 y 1929, con el título: “El poder en la mirada” publicado en 2018 con una duración de una hora con 20 minutos. En la presentación se agrega que estas películas se exhibían en diferentes salas de cine de la época y abre con imágenes de la capital del país, con calles repletas de carruajes y de fotingos, así les llamaban a los autos Ford modelo T, la “T” era en alusión a Taylor y “Fotingo” se derivó de la publicidad empleada por la pujante empresa que trataba de convencer a los consumidores de la facilidad para conducirlos: “Foot it and go”, algo así como acelera y vámonos; teniendo como resultado que en México el término se convirtiera en “Fotingo”, siendo adoptado también en España.
Las escenas son sensacionales, la plaza de la constitución se miraba repleta de tranvías jalado por mulas, personas yendo de un lado a otro, muchos vistiendo con levita y sombrero de copa. También muestra otros lugares del país, una panga cruzando un caudaloso río, con un auto encima; trabajadores laborando para empresas petroleras en la zona huasteca y marca su inicio con la entrada en vigor de la Constitución de 1917 impulsada por Venustiano Carranza y acota que en el país había aún facciones revolucionarias enfrentadas con el presidente, como los zapatistas y los villistas.
El documental brinda un peso primordial a las relaciones públicas que el gobierno y las distintas facciones revolucionarias construían con el gobierno de los Estados Unidos, tratando de sacar ventaja en la relación comercial de compraventa de armas y municiones. El gobierno constitucional solo consiguió el reconocimiento de facto, no el de jure, pero eso le brindó la enorme ventaja de ser el comprador exclusivo de pertrechos militares a los vecinos del norte.
La película deja ver el crecimiento de las explotaciones petroleras en México: cientos de trabajadores arrasando el bosque huasteco con la ayuda de animales, así como el ajuste de cuentas que don Venustiano preparó contra las huestes zapatistas y el posterior asesinato del general Emiliano Zapata y su sencillo funeral, contrastando con el recibimiento oficial de los restos del poeta Amado Nervo.
Con un guion muy bien estructurado, el documental muestra a Carranza al lado de su secretario de Guerra, el general Obregón, quien comienza a tener diferencias generacionales con su jefe y renuncia a su cargo para dirigirse a sus plantaciones de garbanzo en Sonora, convirtiéndose en el mayor exportador hacia los Estados Unidos. Arropado por los suyos y por ejército, Obregón lanza su campaña para presidente, desafiando a don Venustiano, el enfrentamiento es inminente y ante el empuje de Obregón, Carranza sale de la capital para dirigirse a Veracruz con la intención de asentar allí el gobierno. No lo consigue y es asesinado en Tlaxacalaltongo, asumiendo como presidente el gobernador de Sonora, Adolfo de la Huerta con buenos resultados durante el semestre que gobernó, como la pacificación de Pancho Villa.
Obregón retoma su campaña, gana abrumadoramente las elecciones; al igual que don Venustiano, ya como jefe del ejecutivo busca el reconocimiento del gobierno estadounidense, lográndolo a través de los tratados de Bucareli, concediendo ventajas a las compañías norteamericanas petroleras, mineras; atrayendo apoyos financieros e inversiones que van cambiando a México: en las calles se miran máquinas que realizan el trabajo que antes hacían muchos hombres, las calles son asfaltadas, la organización obrera es liderada por Luis Napoleón Morones, en Tabasco y Yucatán corren vientos socialistas de la mano de Garrido Canabal y Felipe Carrillo Puerto y lo mero principal para Obregón: ser el comprador exclusivo de armas y municiones estadounidenses, modernizando y fortaleciendo al ejército
La campaña presidencial para suceder a Obregón enfrentará a Adolfo de la Huerta con el apoyo de la mitad del ejército; Obregón se enfrenta a su antiguo aliado y triunfa en su objetivo de llevar a Plutarco Elías Calles al palacio nacional. Por fin, la sucesión presidencial se da en un marco de paz, sin fricciones, ni cuartelazos. Adolfo de la Huerta se exilia en el extranjero y Pancho Villa es asesinado. El ejército sigue modernizándose bajo la batuta del general Amaro; Elías Calles desconoce el tratado de Bucareli y elude la amenaza de una invasión norteamericana; impulsa la educación pública, como profesor normalista que es. Desde Sonora, Obregón maniobra para modificar la Constitución y se lanza como candidato a presidente, mientras que el levantamiento cristero mantiene bajo conflicto armado a varios estados del bajío.
Obregón vence en las elecciones, es el hombre fuerte de la posrevolución y antes de tomar posesión es asesinado, ya como presidente electo, durante una comida en San Ángel. Plutarco Elías Calles se vuelve el hombre fuerte de México y funda el Partido Nacional Revolucionario, para aglutinar, dar cabida y encauzar los liderazgos de forma pacífica hacia un régimen de instituciones. Hasta allí el documental que se puede disfrutar en el canal de YouTube de la Filmoteca de la UNAM.
Postdata: Una de mis tías platicaba que ya bien entrado el siglo XX, en la Ciudad de México aún se acostumbraba a preguntar “¿Quién mató a Obregón?” La respuesta invariable era: “¡Cállese!”. *NI*