*MÁS METIDAS DE PATA.

 Por José Antonio Trejo Rodríguez. 

La publicación de “metidas de pata” publicada durante enero produjo una serie de comentarios y anécdotas de lectores de esta columna. Para esta edición rescato y comparto algunas de ellas, sin revelar la identidad de los autores, al estilo de los clásicos: para proteger a los culpables. 

Sabía que su prima estaba esperando bebé, así que al llegar a una fiesta familiar no se le hizo raro verla llenita, la saludó con mucho comedimiento y gusto, hacía bastante que no se encontraban; de inmediato le preguntó para cuándo nacería su bebé. Apenas había terminado la pregunta cuando vio llegar atrás al marido de su prima cargando a ¡Un bebé! De inmediato supo que había metido la pata, deseando echar reversa a su comentario. Se puso colorada, como un tomate y solo atinó a insinuar una disculpa. 

Aquel muchacho era bromista, al igual que su inseparable amigo y compañero de trabajo. En cierta ocasión encontró a una de las excompañeras universitarias de la esposa del amigo, quienes estaban recién casados. Se saludaron afablemente, intercambiaron comentarios sobre lo que andaban haciendo y la amiga no perdió la oportunidad de preguntarle sobre la pareja de amigos mutuos. El bromista no perdió la oportunidad para construir una broma, le dijo que estaban esperando bebé, lo que sorprendió y alegró a la muchacha; se despidieron y ambos tomaron su propio camino. 

Al poco rato el bromista se encontró a su compita y de buen modo aceptó una invitación para cenar en su casa, a la que llegaron en breve; tocó la puerta risa y risa, recordando la broma realizada apenas unos minutos atrás, iba dispuesto a contarla para reír todos a pierna suelta. Se abrió la puerta y vio a la esposa de su amigo vistiendo una bata de maternidad; ahora el sorprendido era él. Su amiga se carcajeaba al verlo sorprendido y él no esperó más para contarle su bromita. 

La esposa de su amigo se retorcía de risa a cada palabra que aquél cábula le soltaba y ante el asombro del amigo le comentó que su excompañera le había llamado por teléfono, presa de la inquietud y le soltó que él le había contado de su embarazo. La esposa del amigo se quedó pensando cómo se había enterado, pues no lo habían visto en varias semanas e infirió, dilucidó, que era una de sus tantas bromas, así que en esa ocasión la broma resultó cierta y el motivo de su risa era porque la vida le había permitido embromar al bromista al recibirlo en una inesperada visita para cenar. 

En aquella oficina había siempre un ambiente de gran camaradería, los años de laborar juntos y de enfrentar retos los había vuelto excelentes amigos, así que aquella mañana que uno de los muchachos faltó sin aparente causa provocó la inquietud entre la comunidad. Todo mundo preguntaba por el muchacho, quizá estaría enfermo o le habría ocurrido algo, la cuestión se agravaba pues todos sabían que vivía solo ya que era originario de otra entidad federativa y además era soltero, aunque con novia formal en la ciudad. 

La comunidad no encontró otra salida que preguntarle a su vecino de caballeriza, quien sin inmutarse les soltó una broma que le brotó: que efectivamente, su compañero de trabajo había faltado porque había acudido a realizarse exámenes prenupciales, pues había decidido matrimoniarse. Los compañeros se pusieron felices y a la vez reprochaban que no les había compartido la noticia, pero su compañero ideaba excusas sensacionales para hacerlos sentir bien.

Al filo del mediodía llegó el aludido, todos lo felicitaron, allá escondido su compañero reía a pierna suelta al ver a lo lejos la cara colorada del compañero quien ahora recibía los reproches en carne propia por no haber compartido la noticia. Después de una decena de abrazos y felicitaciones llegó a su lugar y miró fijamente a su vecino para cuestionar su bromita que, enseguida le devolvió: no había acudido a realizarse exámenes prenupciales, en realidad esa mañana se había casado por el civil. Sus compañeros no se lo creían, pensaban que estaba cotorreándolos, pero resultó cierto, pues a continuación les entregó su respectiva invitación para la ceremonia religiosa. *NI*

*MÁS METIDAS DE PATA.

 Por José Antonio Trejo Rodríguez. 

La publicación de “metidas de pata” publicada durante enero produjo una serie de comentarios y anécdotas de lectores de esta columna. Para esta edición rescato y comparto algunas de ellas, sin revelar la identidad de los autores, al estilo de los clásicos: para proteger a los culpables. 

Sabía que su prima estaba esperando bebé, así que al llegar a una fiesta familiar no se le hizo raro verla llenita, la saludó con mucho comedimiento y gusto, hacía bastante que no se encontraban; de inmediato le preguntó para cuándo nacería su bebé. Apenas había terminado la pregunta cuando vio llegar atrás al marido de su prima cargando a ¡Un bebé! De inmediato supo que había metido la pata, deseando echar reversa a su comentario. Se puso colorada, como un tomate y solo atinó a insinuar una disculpa. 

Aquel muchacho era bromista, al igual que su inseparable amigo y compañero de trabajo. En cierta ocasión encontró a una de las excompañeras universitarias de la esposa del amigo, quienes estaban recién casados. Se saludaron afablemente, intercambiaron comentarios sobre lo que andaban haciendo y la amiga no perdió la oportunidad de preguntarle sobre la pareja de amigos mutuos. El bromista no perdió la oportunidad para construir una broma, le dijo que estaban esperando bebé, lo que sorprendió y alegró a la muchacha; se despidieron y ambos tomaron su propio camino. 

Al poco rato el bromista se encontró a su compita y de buen modo aceptó una invitación para cenar en su casa, a la que llegaron en breve; tocó la puerta risa y risa, recordando la broma realizada apenas unos minutos atrás, iba dispuesto a contarla para reír todos a pierna suelta. Se abrió la puerta y vio a la esposa de su amigo vistiendo una bata de maternidad; ahora el sorprendido era él. Su amiga se carcajeaba al verlo sorprendido y él no esperó más para contarle su bromita. 

La esposa de su amigo se retorcía de risa a cada palabra que aquél cábula le soltaba y ante el asombro del amigo le comentó que su excompañera le había llamado por teléfono, presa de la inquietud y le soltó que él le había contado de su embarazo. La esposa del amigo se quedó pensando cómo se había enterado, pues no lo habían visto en varias semanas e infirió, dilucidó, que era una de sus tantas bromas, así que en esa ocasión la broma resultó cierta y el motivo de su risa era porque la vida le había permitido embromar al bromista al recibirlo en una inesperada visita para cenar. 

En aquella oficina había siempre un ambiente de gran camaradería, los años de laborar juntos y de enfrentar retos los había vuelto excelentes amigos, así que aquella mañana que uno de los muchachos faltó sin aparente causa provocó la inquietud entre la comunidad. Todo mundo preguntaba por el muchacho, quizá estaría enfermo o le habría ocurrido algo, la cuestión se agravaba pues todos sabían que vivía solo ya que era originario de otra entidad federativa y además era soltero, aunque con novia formal en la ciudad. 

La comunidad no encontró otra salida que preguntarle a su vecino de caballeriza, quien sin inmutarse les soltó una broma que le brotó: que efectivamente, su compañero de trabajo había faltado porque había acudido a realizarse exámenes prenupciales, pues había decidido matrimoniarse. Los compañeros se pusieron felices y a la vez reprochaban que no les había compartido la noticia, pero su compañero ideaba excusas sensacionales para hacerlos sentir bien.

Al filo del mediodía llegó el aludido, todos lo felicitaron, allá escondido su compañero reía a pierna suelta al ver a lo lejos la cara colorada del compañero quien ahora recibía los reproches en carne propia por no haber compartido la noticia. Después de una decena de abrazos y felicitaciones llegó a su lugar y miró fijamente a su vecino para cuestionar su bromita que, enseguida le devolvió: no había acudido a realizarse exámenes prenupciales, en realidad esa mañana se había casado por el civil. Sus compañeros no se lo creían, pensaban que estaba cotorreándolos, pero resultó cierto, pues a continuación les entregó su respectiva invitación para la ceremonia religiosa. *NI*

Por Nueva Imagen de Hidalgo

Medio de comunicación impreso que nació en 1988 y con el correr de los años se convirtió en un referente en la región de Tula del estado de Hidalgo. Se publica en formato PDF los miércoles y a diario la página web se alimenta con información de política, policíaca, deportes, sociales y toda aquella información de interés para la población.

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