*BEAUTIFUL JOB MRS. PRESIDENTA.

Por José Antonio Trejo Rodríguez.

Hemos atestiguado una nueva forma de comunicación entre Claudia Sheinbaum y Donald Trump. Ante el anuncio sabatino del jefe de Estado estadounidense de imponer aranceles del orden del 25% a las importaciones mexicanas tomando como argumento el narcotráfico y la migración ilegal, la jefa de Estado mexicana respondió al estilo Kalimán, tal como lo anunció un día antes: con serenidad y paciencia y por supuesto, con determinación y la fuerza que brinda el apoyo del pueblo mexicano.

La serenidad y la paciencia que dan el haber estudiado minuciosamente al mandatario estadounidense, su estrategia de negociación, los escenarios que podrían presentarse y trabajando desde el primero de octubre para ganarse la confianza y el apoyo de la comunidad empresarial, pues la del pueblo ya la tenía.

Si bien se decía que el presidente Trump llegaría fortalecido a su segundo mandato, también es verdad que sus pares de otras naciones tuvieron mucho tiempo para conocer y anticipar sus acciones: al menos los cuatro años de su primer mandato y sus posteriores declaraciones; más las de sus colaboradores más cercanos en los que, se vislumbraba un atisbo de serenidad respecto al tema arancelario con México.

No es cosa menor lo anunciado el pasado lunes sobre pausa de un mes que ambas naciones acordaron en la entrada en vigor de las medidas restrictivas al dinámico comercio existente entre ambas, a través de acciones arancelarias y no arancelarias; mientras sus equipos gubernamentales trabajan para llegar a acuerdos en asuntos relevantes: seguridad, narcotráfico, migración y comercio.

Es en materia comercial en donde radica la fuerza de la economía mexicana. Los datos publicados el 27 de enero por el INEGI sobre la balanza comercial de mercancías de México, muestran que las exportaciones totales el año pasado fueron de $617,099.6 millones de dólares; mientras que las importaciones fueron $625,311.8 millones de dólares; dando un déficit comercial del orden de $8,212.2 millones de dólares.

Aunque las cifras del PIB de 2024 se darán a conocer a finales de febrero; se puede poner como ejemplo la proporción de las exportaciones del 2023 que significaron el 33.16% del PIB de ese año. Las importaciones significaron el 34.75% del PIB.

De la información disponible de comercio exterior del Banco de México rescato dos cosas relevantes: los Estados Unidos es nuestro mayor socio comercial, a ellos les vendemos el doble de lo que les compramos; por lo tanto, su mercado es irreemplazable para los productores mexicanos que venden desde calderas, motores, reactores, vehículos, aguacates, tequila, cerveza, entre muchas más mercancías. El comercio entre ambas naciones es diverso, pero predominan ampliamente las manufacturas producidas a través de un complejo proceso en el que se encuentra presente el manejo de tecnología, trabajadores altamente capacitados y una compleja red de asociados logísticos.

La economía mexicana y la economía estadounidense se encuentran estrechamente relacionadas, gracias a los regímenes aduaneros que permite la Ley Aduanera mexicana a raíz de los tratados comerciales y a las economías de escala que convienen a los grandes productores. Las cadenas de producción se localizan en ambos países, lo cual nos ha llevado a escalar en la categoría de socios, de ser socios comerciales, ahora somos socios de producción. Las economías de México y de Estados Unidos son irreemplazables para la una y para la otra.

Ambas economías, la mexicana y la estadounidense se complementan en beneficio del consumidor, del empleo, de la multiplicación de la inversión y la derrama económica de ambas naciones. No es cosa de juego la imposición de aranceles, pues los primeros afectados serían las empresas, los consumidores y las economías de ambas naciones.

En estos días de incertidumbre hubo quienes propusieron modelos de sustitución de importaciones y hasta de diversificación de mercados. Eso no es posible. No hay mejor mercado que el de los Estados Unidos. Pensar en el mercado chino es una ilusión, ellos son la fábrica del mundo, compran poco y venden mucho; es por esa razón que para las importaciones chinas si hay un programa de sustitución de importaciones por parte de México.

Olvídese en pensar en el resto de los mercados del continente americano, no es por hacerlos menos, pero ni de lejos son del tamaño del mercado de los Estados Unidos y tómese este ejemplo: mientras las exportaciones de vehículos a Estados Unidos son mayores a los dos millones de unidades, para Colombia andan del orden de las 18 mil unidades en 2024 ¡Nada que ver para la gran capacidad productora y de altísima calidad de la economía mexicana!

México es una potencia mundial en materia de comercio exterior, desde hace algunos años es el principal socio comercial de los Estados Unidos, desplazando a China y a Canadá. Los Estados Unidos son una gran potencia y su economía está estrechamente vinculada a la economía mexicana. Nuestro futuro común es una mayor integración económica: acuerdos arancelarios, libre flujo de bienes y de capitales entre ambas naciones y quizá en el largo plazo también de trabajadores. No hay que olvidar que las crisis abren nuevas oportunidades.

Parafraseando al presidente Trump durante la visita del entonces presidente López Obrador a Washington, con el gusto de ver el desempeño de Claudia Sheinbaum y de su equipo: Beautiful job Mrs. Presidenta! *NI*

Por Nueva Imagen de Hidalgo

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