*ESPECIAL. DE VISITA EN NAPA.

Por José Antonio Trejo Rodríguez y Verónica Monroy Elizalde.

La ciudad californiana de Napa registró desde 1862 inundaciones cada 5 o 10 años, durante 27 ocasiones debido a crecidas del río del mismo nombre, con una longitud de 80.4 km desde el monte Santa Elena hasta la bahía de San Pablo; las inundaciones causaron daños en la infraestructura pública y en propiedades privadas, paralizaron actividades y, en la de 1986, se reportaron tres fallecidos.

Para remediar la situación, el cuerpo de ingenieros del ejército propuso encementar el río, igual que en Los Ángeles y como ha ocurrido hasta ahora en el Centro de Tula, pero el pueblo no estuvo de acuerdo y pugnó para contar con un programa que tiene como objetivo crear un “río vivo”: devolverlo a su estado natural y utilizar sus características naturales para evitar inundaciones. En lugar de utilizar métodos convencionales de mitigación de inundaciones que disminuyen el carácter de los cursos de agua naturales mediante dragado, ampliación y represas, el diseño del proyecto del río Napa utiliza técnicas más respetuosas con el medio ambiente que han añadido beneficios.

Un aspecto clave del plan fue elevar el nivel de los puentes que bloqueaban los flujos naturales de agua del río. También se hizo retroceder el trazo de un ferrocarril. Los diseñadores querían garantizar que existiera un corredor ininterrumpido para que los peces se movieran más libremente, ayudando también a reducir el exceso de sedimentación. Las técnicas de construcción de terrazas innovadoras utilizando la madera de los árboles, no el cemento, en las riberas de los ríos permiten que el agua se distribuya horizontalmente en áreas definidas y sirven como refugio a los peces. También se reforestó con árboles del lugar. Al día se ha recuperado la flora y la fauna, incluso un pequeño roedor que estuvo en peligro de desaparecer; asimismo volvieron las aves migratorias.

Río abajo, los diseñadores del proyecto compraron y restauraron una gran superficie de pastizales hasta convertirla en un entorno de humedal capaz de retener agua. Cuando las aguas de la inundación alcancen el “nivel de inundación”, el agua se desviará a través de un canal de derivación que envía agua de flujo rápido alrededor de las curvas cerradas de las orillas naturales del río. Dado que este desvío solo se puede utilizar una vez que las aguas alcancen un cierto nivel, el meandro del río principal permanecerá conectado al canal principal, preservando el hábitat existente. También se han construido muros contra inundaciones bajas y diques escalonados para garantizar el éxito de la mitigación de una inundación hasta por 100 años.

El presupuesto requerido para el programa del río Napa es de 900 millones de dólares. A la fecha se han invertido 400 millones de dólares, de los que un tercio de este se ha destinado a la compra de tierras, lo cual no fue sencillo pues implicó una dinámica de negociación. “La compra de tierras incrementó poderosamente la necesidad de recursos” nos dijo a Pepe Arteaga, a Michael Daniels y a nosotros, cuando hace unas semanas les visitamos por una amable gestión de la Asociación de Ciudades Hermanas Benicia-Tula (gracias Rogelio González Paredes) para conocer de cerca el mundialmente exitoso programa que, periódicamente recibe delegaciones de todo el mundo que buscan, como nosotros, aprender de su amplia experiencia y tratar de aplicarla; en nuestro caso en el río Tula.

Los especialistas de Napa preguntan a grandes rasgos sobre la problemática que vivimos en Tula y su primer comentario, al conocer que se trata de agua residual de la zona metropolitana de la Ciudad de México es que el tratamiento de esa agua sería el primer asunto para atender, tal y como lo reconoce el estudio realizado por el gobierno de México para la próxima declaración de zona de restauración ecológica y como los tulenses los sabemos desde hace medio siglo. A esa asignatura pendiente habrá que añadir el tratamiento de las aguas municipales que se vierten en los cauces del Tula y de sus afluentes: Tlautla, Rosas y Piedras Negras.

El rescate de la flora, de la fauna, la prevención de inundaciones, las obras de infraestructura necesarias para su rescate y aprovechamiento ecológico y hasta recreativo deben considerarse, aconsejan los expertos de Napa, en un proyecto integral que, también implica la inversión de recursos y años de preparación; todo ello con un flujo de comunicación amplio, transparente y en ambas direcciones con la comunidad. Y algo preponderante: garantizar el financiamiento.

La visita del sábado pasado del presidente Andrés Manuel López Obrador, de la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum y del gobernador Julio Menchaca; además de la declaración de la próxima presidenta de la República sobre el saneamiento del río Tula y el trabajo conjunto entre el Gobierno de México y los estados de México, Hidalgo y la Ciudad de México para contar con un plan hídrico apunta a que hay voluntad política para lograr que nuestros ríos se limpien. 

No olvidemos que, siendo candidata, Claudia Sheinbaum se comprometió en Tula a invertir mucho tiempo y muchos recursos en Tula. Nosotros tenemos confianza en nuestras autoridades federales y estatales, por ello, el sábado se les entregó información sobre la experiencia y la importancia de Napa y la pertinencia de aplicarla en Tula.

Tenemos claro que, el documento rector para el rescate del río Tula será la próxima declaración de zona de restauración ecológica y también estamos conscientes que el gobierno de México está abierto a la participación popular, igual que ocurrió hace tres semanas durante la presentación del estudio arriba citado. Tenemos que prepararnos para participar, proponer, debatir, incidir en la toma de decisiones. Se trata de nuestro futuro común y no podemos darnos el lujo de desperdiciar la gran oportunidad para limpiar a nuestro río Tula. Medio siglo de contaminación y sus funestas consecuencias ha sido demasiado. Hoy tenemos amplia confianza en que las cosas van a cambiar; México está llamado a ser una potencia mundial en el mediano plazo, por lo que el bienestar de las personas y el cuidado del ambiente son fundamentales. Qué bueno por Tula, por Hidalgo y por México. *NI*

Por Nueva Imagen de Hidalgo

Medio de comunicación impreso que nació en 1988 y con el correr de los años se convirtió en un referente en la región de Tula del estado de Hidalgo. Se publica en formato PDF los miércoles y a diario la página web se alimenta con información de política, policíaca, deportes, sociales y toda aquella información de interés para la población.

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