Por José Antonio Trejo Rodríguez.
“Simón Simonazo presenta CHISS”, era comprada religiosamente por mi primo Rafa, estudiante de secundaria un par de años mayor que yo y avecindado en el entonces DF; mostraba a sus personajes a colores: tres adolescentes vestidos con mezclilla y luciendo melena, uno de ellos con gorra, siempre con la lengua de fuera y enseñando los dientes. Caminaban entre las calles de su colonia, viviendo numerosas y divertidas aventuras: pleitos juveniles, enamoramientos, regaños familiares y sobre todo tocadas de Rock & Roll, al ritmo de la banda más popular de la época: KISS. Resultaba una revista apropiada para la diversión de adolescentes y jóvenes, llena de ocurrencias, alejada de la complejidad de las historietas destinadas a las personas adultas como: “Lágrimas, risas y amor” o “La revista semanal” o la “Novela policiaca” o la candidez de las historietas para niños como “Zor y los invencibles” o las de Disney.
La Banda de “Nel, Nelín y Nelazo” llegan a la tocada, quieren dar portazo para no pagar boleto, a armar escándalo, a hacer valer su ley, los rockers y también los integrantes de la banda se espantan y se van al baño a tirar el miedo; aparece el “platillo cotorrón” y de inmediato lanza un rayo para que los músicos se conviertan en súper héroes y terminen con los problemas que se presentaban en los conciertos, caracterizados como la banda CHISS. Las portadas de la revista eran geniales, parodiaban a las portadas de los LP´s de KISS; recuerdo la de KISS Alive y la de Love Gun. Incluso se decía que el mismo Gene Simmons era seguidor de la historieta.
A decir de Rodolfo Rivera Santana, Fito, uno de los fundadores de la icónica revista de historietas “Simón Simonazo presenta CHISS” idea original de Samuel Marín, “el pinche Sam” se hacía llamar, fue uno de los argumentos centrales para la creación de la popular publicación. La historia la puede disfrutar en un video publicado en Internet https://mis80y90s.blogspot.com en donde Fito narra que a mediados de los años 70, él y Sam trabajaban en una fábrica de muebles para oficina, Sam era dibujante y Fito copista. La empresa iba a cerrar y ambos se vieron en la necesidad de emprender para ganarse la vida y a Sam se le ocurrió crear la revista, dirigida a la juventud chilanga “de mezclilla y greña larga” dice Fito.
Agrega que trabajaron arduamente, basándose en las vivencias de Fito que en ese entonces tenía 19 años, Sam andaba en los 35; su mercado eran los jóvenes de secundaria y de prepa. Dice Fito que utilizaban el lenguaje coloquial y cuando estuvieron preparados para venderla, acudieron a una tocada del Three Souls in my Mind, que se realizaría el siguiente domingo en el hoyo fonqui conocido como el herradero, por la salida hacia Puebla. Era el año de 1978.
Menciona Fito que en un descanso de la banda platicaron con Alex Lora quien, divertido leía la revista y no dudó en anunciar en el micrófono. Los rockers acudieron a comprarla a $5 pesos y reírse de las aventuras. Agrega que se volvieron muy cercanos de Lora y éste les aconsejó que fueran con los editores de la famosa revista “Conecte” dedicada al rock, para pedir la oportunidad de que les apoyaran en la publicación de la historieta.
A los de la editorial les gustó la revista y pidieron hacer ajustes para poder publicarla. No podían hacerlo con el uso de groserías y Sam y Fito comenzaron a utilizar onomatopeyas, algo así como los actuales emoticones, para sustituir a las palabrotas del lenguaje coloquial de sus personajes y evadir, de esa manera, la censura gubernamental. De tal forma, en los diálogos de los personajes aparecían cocineros, cabezas de toro, bebés con biberón, ajos y cebollas.
Para publicitar la nueva revista, Sam y Fito diseñaron e imprimieron posters y volantes que repartieron en todas las escuelas secundarias de la Ciudad de México y contrataron un comercial en la radio. Esta práctica estaría presente en la publicidad dirigida a los adolescentes y a los jóvenes hasta mediados de los años 80, los volantes más codiciados eran los del sonido Polymarch.
La editorial también les pidió que la revista fuera más dinámica. A Sam y a Fito no se les ocurría nada y decidieron irse al cine a ver “Encuentros cercanos del tercer tipo”. Al salir se fueron al estudio de Sam a trabajar y a escuchar un disco de KISS, la banda más icónica en el mundo en esa época. Allí se les ocurrió vincular al Simón Simonazo con la escena del rock.
A decir de Fito, había tres chavos de Iztacalco, que tanto él como Sam veían cada que iban a una cancha a buscar productos para su consumo personal: “El zurdo, el patas y el Simonazo” como eran muy cábulas, les decían “La trinca infernal” a quienes también acompañaba una muchacha conocida como “la flaca Sally”. Los jóvenes vivían bastantes aventuras y sirvieron como base de los personajes de la revista que, a fines de los años 80s, dice Fito que tiraba unos 100 mil ejemplares y calcula las ventas semanales entre $300 y $400 mil pesos.
Dice Fito que, al ser muy cercanos a Alex Lora, éste les pidió que en el Simón Simonazo se incluyera una mención a su banda, pero sin mencionar su nombre por cuestiones de derechos de autor; por lo que se le ocurrió nombrarlos “los tres soles”, pues, el Three Souls alumbraba los conciertos en donde se presentaba, al igual que el sol alumbra la tierra. Agrega que de allí iniciaron con el proyecto de armar una historieta sobre la icónica banda que, solo llegó a los dos números y la pararon por problemas internos del Three Souls.
También, por problemas internos, terminó la participación de Fito en “Simón Simonazo presenta CHISS” después de un poco más de una decena de números. La revista siguió vigente hasta entrados los años 80. Fito falleció en el 2019. De Sam se menciona que evita los reflectores. “Simón Simonazo presenta CHISS” una revista creada por un par de genios para la diversión de los adolescentes y de los jóvenes chilangos de fines de los años 70s, para la banda de mezclilla y greña larga. *NI*