*Entre la razón y la memoria: el peso del pasado, 80 años después.

Por Claudia Patricia Rodríguez Dorantes

El 27 de enero de 2025 se cumplieron 80 años de la liberación del campo de concentración y exterminio nazi alemán de Auschwitz. En el contexto de la Segunda Guerra Mundial, Auschwitz se convirtió en el símbolo más representativo del genocidio nazi, donde el régimen llevó a cabo el asesinato sistemático de más de un millón de personas. Cámaras de gas, fusilamientos, hambre, trabajos forzados y experimentos médicos inhumanos fueron los métodos utilizados para aniquilar a quienes eran considerados enemigos del régimen.

En esta ocasión, quiero compartirles algunos datos que nos ayudan a dimensionar la magnitud de lo que ocurrió en este lugar, una numeralia del horror que no debe olvidarse.

Auschwitz se encontraba a 43 kilómetros al oeste de Cracovia, en la Polonia ocupada por los nazis. Fue parte de un complejo de tres campos principales: Auschwitz I, centro administrativo y de detención; Auschwitz || – Birkenau, campo de exterminio masivo; y Auschwitz III – Monowitz, destinado al trabajo forzado. El 14 de junio de 1940 llegó el primer transporte de prisioneros, y entre 1940 y 1945 aproximadamente 1.3 millones de personas fueron enviadas a este complejo. De ellas, 1.1 millones fueron asesinadas: 960,000 eran judíos, 74,000 polacos, 21,000 gitanos, 15,000 prisioneros soviéticos y 15,000 personas de otros grupos perseguidos.

El 27 de enero de 1945, el ejército soviético liberó el campo, encontrando a 6,000 prisioneros sobrevivientes. A 80 años de su liberación, Auschwitz sigue siendo un símbolo de los horrores de la guerra y del extremismo ideológico.

Para comprender mejor lo que sucedió en esos años, el cine nos ofrece diversas perspectivas que han logrado transmitir la magnitud de la tragedia. Algunas películas accesibles y ampliamente recomendadas son La lista de Schindler (1993), El niño con el pijama de rayas (2008), El pianista (2002) y La vida es bella (1997), todas disponibles en plataformas de streaming y que ayudan a visualizar lo que Auschwitz y el genocidio nazi significaron en la historia de la humanidad.

El recuerdo de Auschwitz no es solo una mirada al pasado, sino una oportunidad para reflexionar sobre el presente. Aunque el mundo ha cambiado, la barbarie sigue existiendo bajo nuevas formas. Las guerras en Ucrania, Palestina e Israel, la polarización política en distintos países y el resurgimiento de discursos de odio nos obligan a preguntarnos si realmente hemos aprendido de la historia o si solo hemos cambiado la manera en que se justifica la violencia.

Si quieres compartir tu opinión, puedes escribirme a: claurodriguezdor@gmail.com

Por Nueva Imagen de Hidalgo

Medio de comunicación impreso que nació en 1988 y con el correr de los años se convirtió en un referente en la región de Tula del estado de Hidalgo. Se publica en formato PDF los miércoles y a diario la página web se alimenta con información de política, policíaca, deportes, sociales y toda aquella información de interés para la población.

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