Más allá de la importancia que en México hoy tiene el proceso electoral cuyas votaciones serán el próximo domingo 2 de junio, la escasez del agua es un tema que a todos nos debe interesar porque es una realidad que requiere atención inmediata y acertada, sin perjuicio de saber que el 71% del planeta es agua y apenas el 29% tierra.
Hace apenas poco tiempo leímos, escuchamos que la tercera guerra mundial podría ser por el agua. El presagio nos pareció exagerado, pero hoy que inicia el segundo mes de este 2024, no nos parece para nada una utopía, pues ya se experimenta aquí los efectos negativos de la falta de agua.
De acuerdo con el IMCO, Instituto Mexicano para la Competitividad, las regiones centro y norte del país han vivido escasez de agua por la falta de lluvias. De acuerdo con datos del Banco Mundial, la disponibilidad promedio anual per cápita pasó de 10 mil metros cúbicos en 1960 a 4 mil en 2012 y se estima que para 2030, es decir dentro de seis años, baje a 3 mil metros cúbicos.
De acuerdo con la misma fuente se tienen cuatro grandes grupos de consumidores de agua: Para el sector agropecuario. Es decir, para cultivar la tierra y darle de beber al ganado, aquí se va el 76 %; para la población se destina el 15 % que se distribuye a través de las redes de agua a ciudades de todos tamaños, desde las grandes urbes hasta pequeñas comunidades; el 5% a la industria y el 4 % a las centrales termoeléctricas.
Ahora bien, resulta interesante saber de dónde viene el agua. De acuerdo con el estudio del propio IMCO, los recursos hídricos se consideran de las siguientes fuentes y porcentajes: agua superficial. El 60 % del agua potable proviene del agua superficial. De aquí el 71% está en la zona sur y centro del país y en el norte apenas el 29 %. El principal problema de este tipo de aguas superficiales es la contaminación de las aguas residuales, sean domésticas, industriales, agrícolas o ganaderas.
Otro tipo de aguas son las subterráneas, es decir los acuíferos, cuyo mayor problema es la sobreexplotación a la que están expuestos en su mayoría. Y el tercer grupo de aguas es la lluvia que cae con mayor intensidad entre junio y septiembre de cada año, aunque hoy con el cambio climático que afecta al planeta, lo mismo llueve en invierno, como en algunas partes ahora, que no llueve nada en plena época que tendría que.
Ahora bien, tenemos muy claro que en esta crisis por falta de agua tiene su origen en las sequías. Aquí cuenta mucho que México tiene más de la mitad de territorio localizado en zona de clima árido o semiárido y aunque las sequías son fenómenos recurrentes, durante la última década éstas han ido en aumento en frecuencia, intensidad y duración.
Las propuestas que hace este instituto por supuesto que no son las únicas, sin embargo, parece que sí son las más apropiadas y que bien vale la pena que el gobierno en turno y de acuerdo con sus capacidades y facultades se atienda, y son:
Mejorar el uso y monitoreo del agua. Se habla aquí de que sea sobre todo en materia agrícola y ganadera, pero nos parece que no podemos ser indiferentes al abuso en el consumo humano, sea al bañarnos, al regar las plantas o al limpiar la casa, el vehículo etc.
Otra medida propuesta es desarrollar proyectos climáticos en los sectores de la ganadería y la agricultura con la compra y venta de bonos de carbono o bien financiamientos climáticos como el fondo verde del clima. Porque es fundamental desarrollar infraestructura para la gestión del agua.
Una medida más es evaluar y actualizar la delimitación de los acuíferos en que se encuentra dividido el país, atendiendo a criterio geofísico y no políticos. Y por último invertir en conservación y modernización de infraestructura hídrica para un aprovechamiento más eficiente.
Los expertos aseguran que gran parte de las precipitaciones están relacionadas con los intercambios de calor entre el mar y la atmósfera, y a su vez con un proceso que el planeta está experimentando y que se llama calentamiento global. La tierra se está calentando de diferentes maneras y en diversas regiones, lo que afecta las temperaturas y las precipitaciones.
Hoy la escasez del agua no es un problema futuro. Los habitantes de México y del mundo ya lo estamos viviendo, unos con mayor intensidad que otros. Por lo que resulta urgente la atención del gobierno y la preocupación, atención y cuidado de cada uno de nosotros.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… En Confianza. *NI*