A reserva de lo que suceda con Marcelo Ebrard, cuya única alternativa se llama Movimiento Ciudadano, ya está lista la carrera presidencial para el 2024.
Resulta harto curioso que hace apenas un par de meses Morena y sus aliados no tenían oposición a la vista, de pronto AMLO le cierra la puerta de Palacio Nacional a Xóchitl y en automático le abre la posibilidad no sólo de ser candidata, sino de ganar la elección.
Así la política en donde nada está escrito. Para hoy lunes sabremos el futuro del exsecretario de Relaciones Exteriores, que no aceptó el mecanismo que dio el triunfo a Claudia Sheinbaum y a él lo dejó en un lejano segundo lugar a 15 puntos de distancia. Aunque el carnal precisa que no discute el resultado sino las irregularidades que todos vimos en este singular proceso, y que además la ley no contempla (pero que sí avaló el INE como nos dice el licenciado Duarte en entrevista que recién le hicimos y que hoy aparece en esta misma edición).
El caso es que por primera vez en la historia de México está muy cerca de ser gobernado por una mujer. Con características muy distintas, pero la suerte está echada entre Claudia y Xóchitl. Xóchitl y Claudia. Con atributos de ambos lados y ciertamente con un recorrido en la vida muy diferente pero que hoy las pone de frente para ver quién gobierna a 130 millones de mexicanos del 2024 al 2030.
Sin duda ambas son mujeres bien preparadas, cada una en diferentes ámbitos de la vida, en donde Claudia apuesta su victoria en la cercanía que desde hace años tiene con Obrador. Identificación que por momentos se convierte en una de sus debilidades al ser señalada que su mayor mérito es precisamente ello y no virtudes propias.
Investigadora de la UNAM, egresada como maestra y doctora en ingeniería en energía. Siempre militante en la izquierda, sus padres participaron en el movimiento de 1968, tiene 61 años, con ascendencia judía. Separada desde hace años de Carlos Imaz con quien tuvo dos hijos y hoy es pareja de Jesús María Tarriba.
Se comenzó a escuchar de Claudia cuando fue secretaria del medio ambiente en la CDMX ya con Obrador al frente; también fue jefa delegacional en Tlalpan, en la época del accidente en donde fallecieron más de 20 menores y maestras cuando el temblor al venirse abajo la escuela Enrique Rébsamen. Antes de convertirse en la abanderada de Morena ocupó el cargo de jefa de Gobierno de la capital del país.
Por su parte Xóchitl Gálvez Ruiz es senadora de la República. Nacida en nuestro estado de Hidalgo, en el vecino municipio de Francisco I. Madero, con su cabecera Tepatepec. Se habla de una infancia difícil con un padre alcohólico, que le obligó desde chica a trabajar para poder estudiar; la secundaría la cursó en Mixquiahuala.
Es un año menor que su hoy adversaria; tiene también dos hijos y está casada con Rubén Sánchez. Su llegada a la política fue digamos que no deseada, pues en la búsqueda de talentos del entonces presidente electo Vicente Fox, es invitada a ser la directora de la Comisión Nacional para los Pueblos Indígenas, un rubro que no desconocía pues en su vida profesional como ingeniera en computación egresada de la UNAM y con especialidad en robótica, inteligencia artificial, edificios inteligentes y sustentabilidad y ahorro de energía, se daba tiempo para apoyar a los que menos tienen.
En 1995 creó la Fundación Porvenir dedicada a ayudar a niños con problemas de desnutrición en zonas indígenas del país. Mientras que en su vida profesional en 1992 fundó la empresa Hihg Tech Services dedicada a construir edificios inteligentes. En la vida política fue candidata por el PAN al gobierno de Hidalgo y perdió, y después jefa de gobierno en la Delegación Miguel Hidalgo en la hoy CDMX.
Dos mujeres preparadas, Claudia digamos de origen económico medio-alta. Parece que es más sufrida la vida Xóchitl a quien le distingue además un carácter alegre y desenfadado, lo que le ha abierto puertas y aunque su participación política ha estado identificada con el PAN, no es parte del padrón de este partido que hoy junto con el PRI y el PRD la han hecho su representante del llamado Frente Amplio por México y con posibilidades de éxito en las elecciones de junio del 2024.
La campaña formal está todavía lejos, pero las cartas están echadas. Nadie se atrevería en este momento a dar por segura la victoria de Morena y sus aliados del PT y Partido Verde y menos el triunfo de Xóchitl arropada además del PAN, con el PRI y el PRD; pero en estos momentos tampoco nadie podía dar por descontada la derrota de la hidalguense.
Así las cosas, lo importante ahora es que este escenario político avance en un clima sí de participación, pero no de más violencia. Para bien o para mal el fin del sexenio más sangriento en la historia moderna de México está a un año de terminar. Veremos los que nos espera.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… En Confianza. *NI*