*Resultados esperados.
A final de cuentas ocurrió lo que ya se veía venir en las elecciones de este domingo en Coahuila y Estado de México. Se predecía el triunfo del priista Manolo Jiménez en el norte y de Delfina Gómez en la entidad vecina. Todavía en espera de los resultados oficiales, pero las cifras son muy claras: el exalcalde ganó 3-1 a Guadiana, su más cercano perseguidor de los cuatro que compitieron en Coahuila y en Edomex ganó Morena por un claro margen –aunque no arrasador- de nueve puntos, 54 a 45 por ciento.
Sin duda con estas cifras los partidos políticos comienzan ya a hacer sus cálculos para lo que dentro de un año habrá de jugarse en México: presidente de la República, senadores, diputados federales y en varios estados del país gobernadores, diputados locales y alcaldes. La madre de todas las elecciones, a no dudar.
Con números muy diferentes a veces, pero había coincidencia que en Coahuila iba a ser todavía del PRI, pues no solamente ganó la gubernatura, sino todas las diputaciones locales. Sí, como en antaño en donde el tricolor terminaba con “carro completo”. Como siempre las victorias tienen muchos responsables. Así se comentaba del buen trabajo como gobernador de Miguel Riquelme y ni qué decir de la operación del ejecutivo estatal a favor del PRI, su partido.
En aquel estado no se debe olvidar que es la entidad de Rubén Moreira, exgobernador y hoy líder de la mermada fracción priista en San Lázaro. Es además esposo de nuestra conocida Carolina Viggiano, que es la segunda de a bordo del PRI nacional y que hizo propio el triunfo de su partido en su tierra adoptiva. Hay que recordar que fue la presidenta del DIF estatal la hoy diputada federal.
Evidentemente en Coahuila se les hizo bolas el engrudo a Morena, pues bien pudieron aspirar a más con un candidato diferente. Pero claro, aquí no falta quien asegure que la negociación estaba ya hecha: para Morena y sus aliados el Edomex; y Coahuila para el PRI y sus aliados. ¿Ustedes creen? Yo sí.
El domingo la atención estaba puesta en el Estado de México por muchas razones. Es la entidad con mayor número de votantes, alrededor de 13 millones; cuna del otrora grupo priista Atlacomulco; su cercanía con la ciudad de México le da también especial relevancia y nunca lo ha gobernado – en los últimos 94 años- alguien de un partido diferente al PRI y ahora llega Morena que estará sumando a sus colores 24 de las 32 entidades federativas del país en menos de 10 años. Imparable, pues.
En los círculos políticos se habló que el todavía gobernador Del Mazo pintó su raya a la hora del trabajo político en favor de la expresidenta de Cuautitlán Izcalli. Dos razones se aducen con él y con otros como en el caso de Hidalgo con Omar Fayad. La amenaza y ofrecimiento desde Palacio Nacional: “Si te metes a operar te vamos a revisar tus cuentas públicas y los malos manejos van a aparecer; y dos, mejor quietecito y sin problema el gobierno de la República va a pagar tu lealtad cuando menos con una embajada”, al tiempo.
Obra en favor de la Alianza “Va por México” que PAN, PRI y PRD no fueron arrasados como se llegó a pensar y en cierta forma sorprende que la candidata Alejandra del Moral a las primeras horas de la tarde haya aceptado su derrota, a pesar de que digamos no fue tan contundente.
Viene el conteo definitivo y la entrega de constancias. La historia no va a cambiar, por mientras los partidos afinan estrategias para lo que viene, sin embargo, hay cosas que se ponen en evidencia con lo del domingo. En el Edomex muy a pesar de los millones y millones de pesos gastados por ambas candidatas –muy arriba de los topes de campaña- el electorado que acudió a las urnas apenas fue de poco más de la mitad de los que estaban en condiciones de hacerlo.
Mientras el PRD está casi a punto de desaparecer en manos de los Chuchos, el PAN parece desgastado en su estructura, en sus cuadros, en su dirigencia. Parece que necesita una sacudida, pero en serio para que Acción Nacional vuelva a ser un partido de oposición con principios y con gente capaz al frente.
Del lado del PRI es todo un caso. De ser el partido de las mayorías por muchos años en México, hoy vive la peor de sus crisis, realidad que al parecer sólo su dirigencia nacional, con Alito como el más claro ejemplo, no se ha dado cuenta. El abuso de muchos, la deslealtad de otros, la falta de un verdadero líder que escuche y atienda a las bases, entre otras razones, los tiene en la lona.
Se sabe de algunos intentos aislados de grupos de priistas para rescatar al partido, tal es el caso por ejemplo del reciente llamado “Frente Amplio de Renovación”. En fin.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… En Confianza.