*Morena, la aplanadora.
Para muchos resulta sorprendente el poder político que hoy ha logrado el partido Movimiento de Regeneración Nacional, más conocido por Morena. Pues en apenas nacido formalmente en el 2011, hoy son gobierno federal, ya por segunda vez y con una amplia votación a favor de la ahora presidenta. Al frente también de la gran mayoría de los estados, Hidalgo incluido, y en el caso de los municipios hidalguenses, de los 84 gobiernan –solos o en coalición- en 53 más 14 del PT y cuatro del Verde sus partidos satélites.
Todo es obra de Andrés Manuel López Obrador que por tercera ocasión jugó y ganó ahora sí la presidencia de la República en el 2018 y desde ahí durante los últimos seis años convirtió en este monstruo al partido. Los factores pueden ser varios pero rescatamos dos: el apoyo a la gente a través de los programas sociales y el diario adoctrinamiento por medio de la mañanera.
Para la mayoría de los mexicanos el que el primer mandatario regale dinero a varios sectores de la población, lo convierte en automático en el mejor presidente de la historia, “porque los anteriores nada más se lo robaban”, argumentan los llamados chairos. No interesa el boquete en las finanzas que esto origina y que seguramente ya lo va a pagar Sheinbaum cuando no haya recursos para muchas actividades de gobierno de las que rescatamos apenas tres: seguridad, salud y educación.
Hoy Morena, a través del ejecutivo, se ha adueñado de dos de los tres poderes que distinguen (¿o distinguían?) al gobierno mexicano. Le está costando adueñarse del poder judicial, pero con la reforma tarde que temprano la Suprema Corte de Justicia, con Norma Piña al frente, va a tener que ceder y los cientos de funcionarios que todavía protestan, se van a cansar y hasta los van a correr.
Por el lado del poder legislativo, al obtener de manera ilegal la mayoría absoluta entre los diputados, nada necesita de los legisladores de la oposición y la mejor muestra de lo que hoy significan lo vimos y escuchamos de la presidenta en su toma de posesión, ni una línea, ni una palabra para ellos. Ya no existen, ya no le interesa negociar al gobierno. Ya de nada le sirven.
Y en el Senado las cosas no son muy diferentes, para alcanzar la mayoría que les permitió modificar la Constitución, no le fue muy complicado a Morena apretar un poco a legisladores con una cola muy larga como Yunes Márquez de Veracruz y entonces lograr sus propósitos. Y qué otra cosa se puede esperar de este antes muy respetado cuerpo legislativo que tiene como presidente a un sujeto de la calidad de Fernández Noroña.
A nivel estatal hoy Morena gobierna 24 de las 32 entidades. En Hidalgo por primera vez el PRI ya no es gobierno. Julio Menchaca que fue funcionario estatal y legislador local con los colores del tricolor, se comenzó a alejar de éste cuando jugó y perdió como candidato independiente para la alcaldía de Pachuca, ya en franco distanciamiento de su desde entonces ex partido.
Hombre inteligente, preparado, conciliador parece no ser el clásico político morenista, pero se ha alineado con el partido en el poder, que antes lo hizo senador de la República, y ya rebasó los primeros dos años de gobierno, sumando a propios y extraños, dueño ya del escenario político estatal y sin que nadie le haga sombra y menos con un PRI prácticamente desaparecido sin figuras de peso. Sin olvidar que en las elecciones del pasado junio, Hidalgo fue de las entidades que porcentualmente más le aportó votos a Morena. Así de sencillo.
A nivel municipal en Hidalgo ya dijimos cómo están los números en cuanto a qué partido es el que marca la pauta en gran parte de las 84 demarcaciones. Por supuesto que los municipios más importantes están en manos de Morena y Tula no podía ser la excepción.
Nuestro municipio vestido de guinda debe tener la ventaja de que los gobiernos federal y estatal no tendrán pretexto para escatimar recursos, apoyos, ayuda para superar crisis como la de la contaminación y la inseguridad.
En el tema ambiental la presidenta ya se refirió en dos ocasiones y aunque no será tarea nada sencilla, los tulenses tenemos esperanzas que ahora y las generaciones futuras se encuentren con un Tula más limpio por tierra, agua y aire. Y claro también más seguro… en manos de Morena, la aplanadora.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero En Confianza. *NI*