*La economía circular.
Los hidalguenses, y más los tulenses, nos sorprendimos cuando en su mensaje de toma de posesión la ahora presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo dedicó cuatro renglones de su discurso a este municipio. Textualmente dijo que:
“Construiremos en Tula, Hidalgo, el proyecto de economía circular más ambicioso del mundo. Esto quiere decir que haremos un complejo ambiental para aprovechar los residuos, tratamiento de agua, generación de energía y productos reciclados; lo cual nos permitirá reducir la contaminación y generar empleos. La ciudad más contaminada se convertirá en la ciudad más limpia. A eso me comprometí en campaña”.
Pero la pregunta es inmediata. ¿A qué se refirió la presidenta cuando nos ofreció construir aquí el proyecto de economía circular?
Una definición es que es un sistema que busca aprovechar los recursos para reducir, reciclar y reutilizar todo aquello que se desecha y darle una segunda vida. Un gran número de empresas están desarrollando sus negocios en torno a un modelo productivo que ha llegado para quedarse.
Claro la presidenta se refiere a implementar ese modelo no para una empresa sino para una región, que es como ella mismo lo reconoció, de las más contaminadas, y aunque no dijo bajo qué comparativo, es indudable que Tula es un riesgo a nivel nacional e internacional por sus altos grados de contaminación por aire, tierra y agua.
Se nos dice también que es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. Con ello se busca que el ciclo de vida de diversos productos se alargue.
En la práctica implica reducir al mínimo los residuos. Cuando un producto llega al final de su vida, sus materiales se mantienen dentro de la economía siempre que sea posible y ello gracias al reciclaje. Se trata de utilizarlos una y otra vez, creando así un valor adicional a cada uno de esos productos y objetos.
Ello es completamente diferente al modelo económico tradicional, basado principalmente en el ya conocido concepto de usar y tirar, que requiere de grandes cantidades de materiales y energía baratos y de fácil acceso.
Los expertos explican por qué tenemos que cambiar a una economía circular. Es para proteger el medio ambiente a través de la reutilización y el reciclaje de productos, ralentizarían (hacer más lento) el uso de recursos naturales, reducirían la alteración del paisaje y el hábitat y ayudarían a limitar la pérdida de biodiversidad.
Se trata de crear productos más eficientes y sostenibles desde el principio ayudaría a reducir el consumo de energía y recursos, ya que se calcula que más del 80 por ciento del impacto ambiental de un producto se determina durante la fase de diseño. Por ejemplo el envasado es un problema cada vez mayor y se calcula que cada persona genera al año casi 200 kilogramos de residuos en envases.
Un importante beneficio de la economía circular es la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Es impresionante la cantidad de este tipo de materiales que se expulsan a la atmósfera. Por ello se trata de crear productos más eficientes y sostenibles; ello ayudaría desde el principio a reducir el consumo de energía y recursos.
El reciclaje de materias primas reduce los riesgos asociados, como la volatilidad de los precios, la disponibilidad y la dependencia de las importaciones. El reciclaje puede ser una fuente importante de materias primas fundamentales, que son necesarias para la producción de tecnologías cruciales para alcanzar los objetivos climáticos, como las baterías y los motores eléctricos.
Aseguran los expertos que la transición hacia una economía más circular puede aumentar la competitividad, estimular la innovación, impulsar el crecimiento económico y crear empleo. El rediseño de materiales y productos para uso circular también impulsaría la innovación en diferentes sectores de la economía.
Sheinbaum no habló de tiempos fatales, luego entonces vamos a darle el beneficio de la duda y no desesperarnos. Son seis años por delante, aunque ahora habrá a los tres la posible revocación de mandato. A pesar de todo, confiamos en su palabra, porque además renglones después la presidenta también hizo el compromiso de limpiar y sanear los ríos, y aquí sin duda cabe el caso del río Tula.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero…En Confianza. *NI*