Las tres de rigor.
Primera. – ¿Es creíble o no la acusación al exministro Saldívar? Se le vino el mundo encima al asesor de Sheinbaum al trascender apenas la semana pasada que su sucesora Norma Piña lo acusa de actos de corrupción. Lo cierto es que después de observar algunas conductas de don Arturo que lo han dejado muy mal parado, pues el que aparezcan señalamientos tan graves, todo es posible. Doble contra sencillo.
Segunda. – ¿Y ahora quién podrá ayudar al PT? Después de la resolución del órgano electoral en cuanto a que el Partido del Trabajo no puede recargar su potencial victoria en los hombros del partido en el gobierno. Sin duda la estrategia estaba ya cantada, dejar en hombros de Morena y los del Trabajo solamente nadar de a muertito en elecciones como la diputación local y en su momento en la municipal, en donde cada uno se debe rascar como les da la gana.
Tercera. – ¿Y en Tula no hay gente capaz y puntual? Es lo que pregunta la gente de aquí al darse cuenta de que varios funcionarios del gobierno local no son ni siquiera de este municipio y ello les sirve de excelente pretexto para llegar tarde a su jornada de trabajo. Y nos aseguran que si eso fuera poco, lo primero que llegan a atender es saber qué van a desayunar los angelitos.