*Don Melchor Olguín abre sus recuerdos para compartir datos de su querido municipio.
Por MARLENE GODÍNEZ PINEDA
En su espacio personal me recibe, rodeado de sus recuerdos convertidos en fotografías, textos, libros, maquetas, reconocimientos y más. No podía imaginar un lugar diferente para rodear los pensamientos y sueños del cronista vitalicio de Tula. El doctor Melchor Olguín González, ahora vecino de la colonia Los Fresnos, es un tulense con el que hay que platicar largo y tendido, para que comparta su vasto conocimiento sobre la historia de la región.
Por largos años ha recopilado una gran cantidad de información sobre los acontecimientos importantes de Tula, desde la fundación de la ciudad hasta la actualidad. Pero reconoce no tener el dato de los 200 años de la vida institucional del municipio, celebrado este 6 de agosto.
Bien recuerda la inundación de 1957, una de las más fuertes en la historia de la ciudad, y mostró una fotografía de la época que muestra el desbordamiento del río y las calles inundadas. También mencionó la importancia de la Fundación de Tula, que data de hace más de 3500 años antes de Cristo, y la influencia de los toltecas, quienes fueron predecesores de los chichimecas, mayas y aztecas, y en cierta forma, sus maestros.
Trabajo difícil y sin paga
El cronista vitalicio también habló sobre su trabajo y la importancia de preservar la historia de Tula. Afirmó que es un trabajo difícil, ya que no hay pago y pocos están interesados en continuar con la labor. Sin embargo, él sigue adelante, motivado por su pasión por la historia.
La entrevista fue una oportunidad única para conocer más sobre la rica historia de Tula y la importante labor del cronista vitalicio en la preservación de la memoria colectiva de la región. Él sigue escribiendo y creando sus maquetas, aunque los espacios para mostrar sus crónicas cada vez se reducen más. Emocionado me comparte que lo invitaron a exponer sus trabajos.
Para don Melchor Olguín se debería conmemorar los 3550 años de Tula. Y habla de la importancia del sabino de Tepetitlán, un árbol de más 3500 años que es considerado un testigo vivo de la historia de Tulan, así con “u” y una sola “L”, comenta el cronista, mientras busca en los innumerables documentos que conserva sobre ese dato que le dieron hace ya muchos años.
Además, compartió información sobre el nepohualtzintzin, un ábaco prehispánico que no solo ayudaba a sumar y restar, sino también a comprender fenómenos astronómicos.
Sigue escribiendo
El cronista vitalicio sigue escribiendo sobre la vida en Tula, y compartió sobre la migración de los toltecas y su sistema calendario. También mencionó la leyenda del dios tolteca que creó la pareja primigenia, similar al principio bíblico de Adán y Eva. De la importancia del juego de pelota en la cultura tolteca, dijo que se consideraba un juego divino y mágico. También mencionó a los cuatro médicos herbolarios toltecas y su contribución a la medicina tradicional.
Entre los datos que se arremolinan en su memoria, don Melchor, de 81 años, destaca sobre la creación del hombre y el maíz, y cómo se atribuye a los dioses toltecas. Le pregunto sobre Xiutlaltzin, una mujer que gobernó Tula en la antigüedad y se considera la primera mujer tlatoani de Mesoamérica. Esposa de Mitl, sexto rey tolteca que le heredó a su muerte el trono.
Sobre la época contemporánea
En cuanto a la época contemporánea, el cronista mencionó las inundaciones que han afectado a Tula. La de 1957 la recuerda porque estudiaba la secundaria. De la ocurrida en los primeros años del siglo XIX no hay información; pero la de los años 50 fue tan fuerte como la del 2021, asegura.
Imposible no hablar de la figura de Joaquín Fernández de Lizardi, un escritor que vivió en el centro de Tula y escribió parte de su famosa novela “El Periquillo Sarmiento”. Pero de quienes más le gusta hablar es de los tulenses destacados, como Bernardo Fuentes, un insurgente que luchó por la Independencia de México y fue fusilado en 1816. Sugirió que se debería hacer un homenaje a este personaje en Tula, ya que su contribución a la historia de México es relevante.
Cuando Tula pasó de villa a ciudad, se inauguró el monumento a la bandera, rememora. Fue todo un acontecimiento que se transmitió por radio, una estación de la Ciudad de México.
Otros tulenses destacados
Otro de los tulenses destacados fue Manuel Antonio Rojo del Río La Fuente Lubián y Vieyra, un hombre importante que estudió el bachillerato en la Real Academia de la Ciudad de México y en la Universidad de Salamanca en España. Se desempeñó como rector de la Universidad de Salamanca y arzobispo de Manila en Filipinas.
Entre sus datos como cronista sobresale Juan Ballesteros Acevedo, un ingeniero agrónomo que estudió en la Escuela Nacional de Agricultura y más tarde en la Universidad de Chapingo, de la cual fue director. Sobre Manuel Argüelles Sorribas, asegura que fue uno de los cuatro ingenieros mexicanos que construyeron la presa de Asuán en Egipto, que en su momento fue la presa más grande del mundo.
Además, mencionó al licenciado José María de los Reyes, quien recibió las Palmas Académicas en grado de comendador del Gobierno de Francia en 1960. Busca entre sus documentos y encuentra la copia de la correspondencia entre el presidente municipal de Tula Rafael Salgado Asiaín y el general Francisco Villa. Y aunque no era tulense, sí un hidalguense distinguido, mencionó a Felipe Ángeles, quien fue consejero del general Villa, cuyo nombre fue impuesto al aeropuerto, por ser un destacado militar y político mexicano. Felipe Ángeles nació en Zacualtipán y en 1982 se le adicionó el apellido “de Ángeles” al nombre del municipio.
El cronista vitalicio me habla de una lista de los 10 tulenses universales, que incluye a personas destacadas que han hecho contribuciones importantes en diferentes campos. Esta lista es un reconocimiento a la riqueza cultural e histórica de Tula, asegura.
También elabora maquetas
Don Melchor Olguín no solo escribe crónicas de Tula, también elabora maquetas. La más reciente es sobre la industria cervecera mexicana, que es un reconocimiento a la calidad y frescura de la cerveza mexicana. La maqueta tiene 320 piezas y representa a marcas de cerveza, pero también agrega al tequila. Tiene en su haber alrededor de 100 maquetas de diferentes temas.
Me comparte una anécdota sobre su sobrina Violeta Sánchez Olguín, quien es arquitecta y trabajó para Fonatur. Ella le pidió que sugiriera un nombre para un parque nacional en Ixtapa Zihuatanejo, y él le dijo “Aztlán”, que significa “lugar de la blancura” o “lugar de las garzas” en náhuatl y así se le nombró.
Sería interminable escribir sobre don Melchor y todo lo que guarda en la memoria, como resultado de sus lecturas, escrituras y sobre todo de sus investigaciones. Melchor Olguín González ejerció la profesión de médico cirujano partero, pero su gusto por la historia lo llevó a ser reconocido por el Ayuntamiento como cronista de Tula el 26 de marzo de 1997. Ya como socio de la Asociación Nacional de Cronistas de México, fue nombrado cronista vitalicio, tal como lo dice una pequeña placa en la puerta donde actualmente vive. *NI*