*Hacen el llamado para que autoridades municipales atiendan la problemática.

Por MARLENE GODÍNEZ PINEDA

Atotonilco de Tula, Hgo.- Habitantes del fraccionamiento Senderos del Pedregal denuncian problemas de inseguridad, vandalismo y falta de servicios básicos en la zona, mientras las autoridades municipales han hecho caso omiso a sus llamados de auxilio.

De acuerdo con testimonios recabados, en el fraccionamiento habitan mayoritariamente familias de militares, pero también civiles, quienes han sido víctimas de robos, consumo de drogas en espacios públicos y actos vandálicos. Uno de los residentes, quien ha ocupado cargos de representación vecinal, señaló que grupos de jóvenes realizan destrozos en las bardas perimetrales y privadas del fraccionamiento, además de cometer asaltos en el transporte público.

“Aquí hay falta de cultura de los padres para orientar a sus hijos. Muchos jóvenes se drogan y vandalizan la zona, pero las autoridades no actúan”, señaló un vecino. Según su testimonio, algunos de estos jóvenes se concentran en privadas específicas como Titanio, Diamante, Turquesa y Grafito, sin que haya acciones concretas para frenar la situación.

Además de la inseguridad, los vecinos han reportado graves deficiencias en servicios públicos, como la escasez de agua, la falta de alumbrado público y la ausencia de patrullaje. “Aquí solo hay dos o tres patrullas para todo el municipio de Atotonilco de Tula. La policía llega cuando ya es demasiado tarde”, lamentó otro de los residentes.

El problema también radica en la falta de organización interna. Según testimonios, los delegados que han ocupado el cargo en el fraccionamiento no han tomado acciones firmes para solucionar la problemática, lo que ha permitido el aumento de la delincuencia. “El actual delegado, Francisco Nicio, no ha hecho nada para mejorar la seguridad. Aquí se necesita aplicar la ley condominal, con normas y reglamentos claros”, expresaron los denunciantes.

También problemas de infraestructura

El fraccionamiento también enfrenta problemas de infraestructura, como la falta de mantenimiento de bardas perimetrales y una cercana instalación de contenedores de gas, lo que representa un riesgo para los habitantes. “Nos pusieron en una bomba de tiempo con la ubicación de las válvulas de gas en ambos extremos”, advirtió un residente.

Ante la creciente violencia e impunidad, los vecinos han intentado organizar rondines de seguridad y han solicitado apoyo a diversas instancias gubernamentales. Sin embargo, a pesar de enviar múltiples escritos a la presidencia municipal y a la Secretaría de Seguridad Pública, no han recibido respuesta efectiva. “A pesar de haber sido golpeado y amenazado, sigo aquí porque alguien debe tomar acción”, aseguró un exdelegado.

La renta de viviendas sin una supervisión adecuada ha permitido la llegada de personas que, en muchos casos, no se involucran en la comunidad y, en otros, han generado conflictos y problemas de seguridad.

Uno de los testimonios más alarmantes es el de un residente que denunció la presencia de individuos con antecedentes delictivos en la zona, lo que ha incrementado la percepción de peligro entre los habitantes. “Que cuando los dueños renten que se fijen a quién le van a rentar, porque han llegado personas que no se integran a la comunidad, que no asisten a juntas, que no colaboran y, en algunos casos, generan problemas de violencia”, expresó.

El fraccionamiento ha sufrido una pérdida de plusvalía debido a la creciente inseguridad y la falta de intervención de las autoridades. La zona ha sido catalogada como “zona roja” debido a la presencia de actividades ilícitas como el robo, el secuestro y el huachicoleo. 

Los vecinos han implementado sus propias medidas de seguridad, pero reconocen que no es suficiente. “Nos falta mucha seguridad, la verdad es que estamos desprotegidos. No hay suficientes patrullas y, por más que pedimos apoyo, no hay respuesta”, denunció un vecino que ha asumido la labor de vigilar las calles en las madrugadas para acompañar a los niños y jóvenes que salen temprano a la escuela.

La comunidad hace un llamado urgente a las autoridades para que atiendan la problemática con mayor seriedad y se implementen estrategias que garanticen la seguridad de los residentes. Mientras tanto, los habitantes siguen organizándose y buscando soluciones ante una crisis que, hasta ahora, parece ignorada por los responsables del municipio. *NI*

Por Nueva Imagen de Hidalgo

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