Por Miguel Ángeles Arroyo
El envejecimiento poblacional es uno de los principales fenómenos demográficos en el mundo.
México se encuentra inserto en un proceso de envejecimiento de su población, expresado por un aumento en la proporción de personas de 60 años o más y la disminución de la población infantil y joven, y este fenómeno demográfico se intensificará en los próximos años
Las entidades federativas en las que se concentra la mayor parte de la población adulto mayor del país son el Estado de México, con poco más de 1.9 millones, la Ciudad de México con 1.5 millones, Veracruz con 1.2 millones, Jalisco con cerca de un millón; Puebla con 745 mil 419, Guanajuato con 681 mil 374 y Nuevo León con 654 mil 050.
En el Estado de Hidalgo habitan 2, 345, 514 personas, de las cuales 204,325 (8.7%) son mayores de 60 años, de éstas el 47% son hombres y el 53% son mujeres. El 54.74% del total de adultos mayores vive en localidades rurales y el 46.27% en localidades urbanas, y el 42.17% son analfabetas.
El incremento en la proporción de personas mayores, así como la prolongación del curso de vida, supone oportunidades y retos para las sociedades e importantes desafíos en términos de políticas públicas. El envejecimiento es un asunto de la más alta prioridad, que requiere acciones urgentes en varias esferas, para visibilizarlo y considerarlo desde las perspectivas de derechos humanos, género, interculturalidad e interseccionalidad, poniendo la protección de los derechos de las personas mayores en el centro de las respuestas de política pública, e incorporando la visión y los compromisos que emanan de los instrumentos y acuerdos internacionales y municipales en la materia.
En el ámbito de las políticas públicas es preciso universalizar el acceso de las personas mayores a la protección social y los servicios de salud de calidad; impulsar la inclusión del tema del envejecimiento en las agendas de gobierno mediante la búsqueda de la adecuación y modernización legislativa, y el fortalecimiento de las instituciones.
Actualmente, la administración municipal carece de políticas públicas y acciones, a la familia, y muy en especial, a los adultos mayores; a pesar de que se han documentado agravios, discriminación y falta de atención de familiares por este sector.
Desde hace más de un año se presentó un borrador de reglamento municipal para personas adultas, sin embargo, no se concretó nada; por lo que en días recientes la Comisión de Mejora Regulatorio junto a la Comisión de Derechos Humanos y Atención de las Personas con Discapacidad a través de un exhorto hecho a la Comisión de Adultos Mayores pidió retomar los trabajos sobre este tema a fin de dar un paso importante en materia legislativa municipal que establecieron las obligaciones de las direcciones y del resto de la sociedad para progresar en el reconocimiento de los derechos de las personas adultas mayores.
Por tanto, uno de los principales retos consiste en adoptar políticas públicas que se adecúen y respondan al nuevo panorama demográfico.
Desde esta perspectiva, es importante contar con programas municipales que prioricen la cultura del envejecimiento, la seguridad económica y el envejecimiento activo; ejes que determinan los desafíos que presenta el municipio en materia de las personas adultas.
Finalmente, los derechos humanos cobran un sentido cuando adquieren un contenido positivo y se convierten en una vía importante para la transformación social, en una poderosa herramienta para el desarrollo de políticas públicas orientadas a mejorar las condiciones de la población. *NI*