La construcción de paz desde los municipios.
La paz es una condición necesaria para el desarrollo de la humanidad; no se requiere el estallido de una guerra para impulsar ese estado de bienestar, tranquilidad, estabilidad y seguridad.
Debe estar también en nuestro actuar y en lo que decimos, porque con frecuencia las palabras podrían generar conflictos graves, por lo que siempre debemos considerar cómo cultivar ese conjunto de valores, actitudes y comportamientos que promueven la armonía entre individuos, grupos y comunidades.
En un mundo que es global, todo lo que sucede, aunque sea a miles de kilómetros de distancia de nuestra casa, tiene incidencia en nuestras vidas. Los grandes retos que afronta la humanidad, como el calentamiento global y el cambio climático, las migraciones, los desplazamientos forzados y los constantes hechos delictivos, tienen repercusiones a escala local. Unas consecuencias que se manifiestan en las ciudades, a las cuales los gobiernos locales deben hacer frente.
Ahora estamos en un momento clave en el que se están produciendo procesos de renovación de los marcos de la agenda mundial de los grandes temas que preocupan a la humanidad.
Un futuro que hay que construir también desde la proximidad, desde los pueblos y las comunidades. Los problemas globales se convierten en problemas locales porque es en las ciudades donde viven las personas. Las ciudades son el lugar donde se sufren los problemas globales y donde se deben crean proyectos para hacerles frente.
En este sentido, no es posible avanzar hacia la solución a los grandes retos que afectan a la humanidad sin contar con el conocimiento y la experiencia acumulada de las ciudades en su gestión del día a día. Por ello es necesaria la participación de los ciudadanos desde sus comunidades, pueblos y colonias pues son los espacios donde se toman las decisiones y se inicia la implementación de las soluciones.
Sin embargo, así no lo han entendido los gobiernos locales, quienes no escuchan ni atienden las demandas ciudadanas y mucho menos han trabajado en la incorporación de la agenda 2030 a sus planes y gobiernos para un desarrollo sostenible que según ya han puesto en marcha en su Plan Municipal de Desarrollo que define las líneas de trabajo para hacer posible alcanzar objetivos globales.
Todos los objetivos de esta agenda, contienen metas que están directa o indirectamente relacionadas con el trabajo diario de los gobiernos municipales. Los gobiernos locales son responsables políticos, catalizadores del cambio y el nivel de gobierno mejor situado para vincular los objetivos globales con las comunidades locales.
Es cierto, que todos los niveles de gobierno deben cooperar para promover la paz y la seguridad, utilizar el diálogo y los canales institucionales, pero en Tula no sucede así, aquí es necesario combatir las desigualdades y promover el bienestar social de la población, siempre en la búsqueda de brindar bienes y servicios públicos de calidad como seguridad, obra pública, etcétera.
Por lo tanto, los ciudadanos estamos obligados a fomentar, a partir de nuestra individualidad, una cultura de paz, tolerancia y respeto hacia los derechos humanos, porque a fin de cuentas todo aquello que generemos tendrá injerencia en la sociedad en la que vivimos.
El propósito es claro; promover la paz entre vecinos y la no violencia, así como fomentar el diálogo y la cooperación entre autoridades y ciudadanos. Que junto con muchos otros actores se trabaje, desde la singularidad de cada uno, en la implementación de políticas y programas que fomenten la paz. *NI*