*La cultura como restaurador del tejido social.
La cultura es un elemento crucial en la comprensión de la humanidad y constituye todas aquellas producciones materiales y no materiales, creencias, valores, regularidades normativas, y la capacidad de los seres humanos de interpretar y simbolizar el entorno físico y social, a través de manifestaciones creativas, ideas prácticas y conocimientos que transmitimos de generación en generación.
Su concepto engloba las formas de vida, el lenguaje, la literatura escrita y oral, la música, los sistemas de religión y de creencias, los deportes, y desde luego los métodos de producción, la tecnología, la comida, el vestido y la vivienda, así como las artes, las costumbres y las tradiciones.
Es decir, involucra todos y cada uno de los aspectos que definen la propia naturaleza humana. Por lo tanto, la cultura reviste un importantísimo significado para la vida y por lo tanto es esencial para la realización del ideal del ser humano libre, liberado del temor y de la angustia.
Por otro lado, el término tejido social refiere a las relaciones significativas que determinan formas particulares de ser, producir, interactuar y proyectarse en los ámbitos familiar, comunitario, laboral y ciudadano; que funciona como una serie de relaciones y de acciones entre los individuos, las familias, las comunidades y entre éstos y sus instituciones.
El tejido social es un componente del comportamiento que une y permite la identificación de los individuos como parte de un grupo, cultura, tradición o nación o bien posibilita el establecimiento de las reglas condicionantes de la interacción. La sociedad es la expresión del tejido social de sus ciudadanos: nace, crece, se desarrolla y se expresa a través de ellos.
Por lo tanto, si no se cumple la satisfacción entre los derechos culturales y el tejido social, algo nos estará pasando como sociedad.
Los binomios pobreza-discriminación, violencia e inseguridad, corrupción e impunidad representan la mayor debilidad de un Estado de Derecho y los principales problemas que enfrentamos como sociedad.
Sin embargo, si se retoma la ruta de los derechos humanos y con ella se busca que todos puedan tomar las decisiones vitales para su vida en un entorno adecuado, esto marcará la pauta para llegar a una sociedad más justa, incluyente y libre.
Más allá de ideologías, el tema de derechos humanos es lo que permitirá recobrar esa cicatrización en nuestro entorno. Si nos centramos en generar espacios donde se difunda la música de calidad, la pintura, el dibujo y la cinematografía podremos avanzar a ser una sociedad donde podamos luchar contra las adversidades que socavan nuestro tejido social como la ira, el resentimiento, el odio, el egoísmo, la ambición, el desorden, la violencia, el desempleo, la polarización, la creciente desesperanza.
Lamentablemente, cuando revisamos en nuestra región que solo algunos Municipios promueven los Derechos Culturales, que mejor dicho son esfuerzos de la Sociedad Civil Organizada, rebasando a las direcciones de Educación y Cultura de los municipios y a la propia Secretaría de Cultura del estado.
Olvidamos, que el derecho a la cultura debe ser un motor que nos iguale, un eje transversal que realice el principio de igualdad no sólo normativa sino en las condiciones reales para ejercer la totalidad de los derechos.
Al respecto, el pasado sábado en Tlahuelilpan tuvo lugar la callejeada y concierto de Gala Navideño con la Estudiantina de la Facultad de Contaduría y Administración de la U.N.A.M., quienes a través de un recorrido a pie por las calles del municipio, acompañados al son de su música brindaron alegría a personas que desde sus ventanas y balcones tuvieron un momento de paz y dieron vida y colorido a los rincones más oscuros del municipio.
Basta recurrir a esfuerzos como este donde los amigos de la Asociación Civil Azcatl Takiti, la Parroquia de San Francisco de Asís y los “tunos” con la voluntad del Gobierno de Municipal de Tlahuelilpan posible llevar a cabo acciones en favor del derecho humano a la cultura y a convivir en paz,
Solo fortaleciendo la cultura construiremos una ciudad. Ciudad, ciudadanía y mundo globalizado son conceptos que hoy se entremezclan para crear un nuevo fenómeno que no se limita a un territorio geográfico.
Promover las diversas expresiones culturales supone entre otras cosas, reaprender la convivencia, reconfigurar la participación ciudadana, reclamar el carácter público de la cultura, reforzar el capital social contra lo estrictamente económico permitirá restaurar el tejido social. *NI*