*Reflexiones sobre los desafíos de hoy.
En la mayoría de los países de América Latina, pero también en otras regiones del mundo, se advierten en la actualidad señales claras de una crisis social y política que tiene serias repercusiones sobre la comprensión y la vigencia de los derechos humanos.
A la polarización extrema de las posiciones, se suman pruebas fehacientes de corrupción, de falta de reconocimiento y de inmensas dificultades para canalizar el descontento social o para hallar soluciones a los problemas que aquejan a las poblaciones.
Esta semana, del 5 al 7 de junio se desarrollará en Lima Perú el Seminario Regional Latinoamericano “La filosofía frente a los Derechos Humanos hoy”
El tema de esta reunión corresponde a una muy desafiante situación mundial, regional y también nacional. Se trata de la tendencia regresiva en materia de democracia y derechos humanos que se manifiesta internacionalmente desde hace unos años, expresada de la manera más concreta en el surgimiento de liderazgos autoritarios y populistas, así como en la erosión del consenso internacional alrededor del multilateralismo.
Ahí donde antes se consideraba seguro el acuerdo sobre la defensa de la vida y la dignidad humana y se estimaba plausible el avance hacia políticas mundiales cada vez más humanitarias, ahora se encuentran rechazos explícitos a los ideales de inclusión, diversidad y equidad, discursos de líderes abiertamente xenófobos, racistas y despectivos hacia la población más vulnerable, y una preferencia creciente por la acción unilateral, por el conflicto, por la ley del más fuerte a expensas del derecho internacional.
Este fenómeno suele ser discutido, como es comprensible, considerando fundamentalmente su dimensión política y su basamento social. Se habla de la manera cómo se han deteriorado paulatinamente las formas en que se tramitaba la política hasta hace pocas décadas –a través de sistemas de partidos con idearios y programas—y el modo en que el colapso de ese sistema ha dado lugar al surgimiento de liderazgos personalistas que buscan su éxito en el radicalismo.
Se considera también cómo ciertas transformaciones y fenómenos transnacionales que son percibidos como amenazantes, han preparado a amplias porciones de la población en diversos países para aceptar tales liderazgos. En algunos casos se habla de amenazas reales, como puede serlo el terrorismo; en otros casos, esas amenazas percibidas son, en realidad, procesos de transformación social (migraciones, reconocimiento de derechos de colectividades antes excluidas, políticas contra el cambio climático) que ciertos grupos conservadores rechazan.
Surge así la pregunta sobre la época y sobre las transformaciones en el plano de las ideas y valores, de las representaciones del mundo y de la interacción humana, que han conducido a fragilizar los consensos alcanzados en una porción considerable de la comunidad internacional desde fines del siglo pasado. Son, pues, preguntas de orden histórico y filosófico las que corresponde hacerse para darle otra proyección a las explicaciones con las que contamos actualmente.
Las respuestas duraderas a los males de nuestro mundo solo pueden venir de una reflexión sobre los fundamentos de los derechos humanos y de las fuerzas y tendencias que se oponen a su defensa y promoción. Ese es en gran medida el sentido de la discusión que se proponen en este encuentro.
Este contexto global de desafíos a la protección de los derechos humanos está presente también en nuestro país. En México a las tendencias de cambio climático, la violencia generada por el crimen organizado, las desigualdades profundizadas por la pandemia y la debilidad institucional se suman algunas problemáticas propias, que producen una situación particularmente grave, con frecuentes desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, tortura e inseguridad ciudadana, la falta de acceso a la justicia y la impunidad, y la situación de periodistas, defensores y defensoras de derechos humanos y otros grupos especialmente afectados por el contexto de violencia, como son las mujeres. Todos estos desafíos limitan las oportunidades que las y los mexicanos tienen para satisfacer completamente la vigencia de los derechos humanos. *NI*