*Los derechos humanos en tiempos de elecciones.
La tarde del domingo, con 40 horas de atraso, arrancaron las campañas proselitistas para renovar las 84 alcaldías en el Estado que serán disputadas por ocho partidos políticos y 19 candidaturas independientes.
Estamos entonces, ante un proceso intenso de proselitismo en la búsqueda del voto de los tulenses por lo que resulta necesario clarificar el papel que debemos ganar las personas que vamos a votar.
El momento actual que se vive en materia de derechos humanos nos agobia, por lo tanto, nos corresponde exigir campañas responsables delineadas a partir de un diagnóstico integral y realista de la situación, que lleve a escuchar propuestas viables.
Este momento de derechos humanos se reduce a la visible desigualdad social que se vive en las comunidades. En cuanto a la violación al derecho humano a la vida, a la seguridad y a la integridad han aumentado por la ausencia de políticas efectivas de combate a la criminalidad, la manera de proceder de los servidores públicos, la corrupción, así como la falta de promoción los derechos culturales.
Para enfrentarla, nos haría falta saber cómo se pretende combatirla, pues los problemas de derechos humanos son numerosos y necesitamos que figuren en sus propuestas para después ser plasmadas en su proyecto de gobierno.
De entrada, parece que el tema Derechos Humanos no destaca y se justifica diciendo que es un eje transversal a todos los temas. Lamentablemente esa perspectiva lleva fácilmente a diluir el tema.
En democracia los derechos humanos juegan un papel importante porque permiten la construcción de un tejido social justo, igualitario e incluyente. Son la base sobre la que se erigen las libertades fundamentales y los derechos que disfrutamos como ciudadanos.
Tener campañas con esta perspectiva implica, entre otras cosas, la organización y participación de todas y todos, esto nos permitirá contar con gobiernos que además de ser sensible a los temas también sean participativos e incluyentes, lo cual enriquece y fortalece la incidencia del pueblo en la toma de decisiones.
Por tanto, a los ciudadanos corresponde insistir en sus preocupaciones y exigencias, para que las campañas aborden estos asuntos y sea posible hacerse de una opinión sobre la calidad y claridad de las propuestas de las diferentes opciones políticas.
Defender la verdad y hacer que las y los candidatos se comprometan en un debate de ideas y no de descalificaciones; producir, difundir y compartir noticias falsas fomenta la percepción prejuiciosa por lo que debe evitarse denigrar por condición de sexo, preferencia política o de cualquier otra índole.
En tanto que la sociedad civil tendrá que seguir denunciando los problemas y enunciado las posibles alternativas para atenderlos. Asuntos como la desaparición de personas, la violencia sexual en contra de mujeres, abusos de los policías y de la administración pública, la impunidad. Los casi dos meses de campaña no será un tiempo fácil, habrá mucho ruido y acusaciones a raudales, así que a las ciudadanas y ciudadanos toca escuchar y discernir sobre las propuestas, la prioridad que otorguen a los derechos humanos, así como la viabilidad de las alternativas perfiladas por las candidatas y candidatos a presidir el Municipio.