*Investigadores del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático-UNAM también hicieron lo propio en Apaxco, Estado de México.
Como parte de las investigaciones del proyecto “Evaluación de riesgo para la salud humana por agentes tóxicos de origen antrópico como herramienta de empoderamiento social. Región Estratégica Ambiental: Norte del Estado de México y zona Tula, Hidalgo”, el equipo de atmósfera del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático-UNAM instaló varias estaciones de monitoreo para medir la contaminación de material particulado con diámetro aerodinámico menor a 2.5 micras, conocido como PM2.5, ozono y monóxido de carbono.
El grupo también monitorea compuestos orgánicos volátiles (COVs), que, aunque de estas últimas sus concentraciones ambientales no se encuentran reguladas hasta la fecha, son de importancia para la salud pública. Las estaciones se instalaron en los municipios de Apaxco, Estado de México; Atotonilco de Tula y Atitalaquia, Hidalgo. Se eligieron rutas que pasan por fuera de las escuelas, centros de trabajo y zonas residenciales para caminar utilizando los monitores personales.
Pretenden con ello obtener información valiosa de fuentes potenciales que impactan significativamente en la salud de los habitantes. Si bien la contaminación en la región se atribuye a la refinería “Miguel Hidalgo” y a la central termoeléctrica “Francisco Pérez Ríos”, durante los muestreos en campo se recopiló información de las estaciones de monitoreo de los municipios de Atotonilco y Atitalaquia, donde los datos muestran que las regiones presentan episodios con niveles altos de PM2.5, PM10 (partículas menores a 10 micras) y ozono.
En el caso de Apaxco, la información es escasa, pero durante las visitas de reconocimiento del área fue posible observar que la zona presenta problemas de partículas tanto PM10 como PM2.5, informaron.
El equipo liderado por el Dr. Iván Yassmany Hernández Paniagua hizo mediciones de exposición personal, las cuales consisten en utilizar instrumentos portátiles que miden partículas, monóxido de carbono y ozono, mientras se simulan recorridos que realiza la población típicamente, como ir a la escuela, de compras o desplazarse a actividades laborales en la zona de estudio.
Mediante la utilización de monitoreo personal se puede identificar de forma precisa cuáles son las concentraciones de los contaminantes monitoreados que la población experimenta durante sus rutas típicas. Además, permite identificar zonas calientes conocidas como hot-spots donde existen picos de exposición, y utilizando análisis elemental identificar sí los componentes de las partículas, por ejemplo, son tóxicos.
Con esta información, este equipo de investigación tendrá información valiosa de fuentes potenciales que impactan significativamente la salud de los habitantes de los sitios en los que se está trabajando. Cabe recordar que el proyecto de clave 318998 está avalado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología. *NI*