*Nuestro futbol.
Ya hay nuevo campeón del futbol mexicano. Este domingo reciente Tigres, el equipo que representa a la Universidad de Nuevo León, pero que en realidad se sabe pertenece a Cemex la cementera, venció en dramático partido a la Chivas del Guadalajara, el equipo más popular de nuestro país, en mucho porque es el único que juega con puros mexicanos.
Pocas veces el tema en este espacio es el más popular de los deportes en México, pero ver este domingo por televisión el partido de vuelta de la gran final nos llevó a querer compartir nuestro punto de vista sobre el deporte de la patada. El domingo 28 las dos más importantes televisoras -TV Azteca y Televisa- se disputaron la audiencia con sus cronistas estelares.
México es tal vez el único país en el mundo en donde el campeón surge después de la llamada liguilla. Es un mecanismo que sin duda despierta interés entre la afición, y en consecuencia mayores ingresos para sus dueños, pero que como ahora no siempre resulta campeón el mejor equipo. Hoy el Monterrey terminó con 40 puntos, seis más que sus inmediatos perseguidores América y Guadalajara.
Proponemos que, para no perdernos la emoción de la liguilla, tal vez sería buena idea que al final del torneo haya dos campeones. El que logró más puntos. Así, hoy Monterrey sería con toda justicia el campeón del torneo; y el campeón de la liguilla, Tigres.
Ambos equipos con sede en Monterrey la capital del industrioso Nuevo León. De esta manera no se deja de reconocer al mejor cuadro a lo largo de 17 jornadas y no estamos pidiendo que desaparezca la liguilla, porque muchos aficionados es hasta cuando volteamos los ojos al estadio o a la tele.
De siempre seguidor del Cruz Azul y triste por el mal papel al que ya deberíamos de estar acostumbrados con nuestro equipo, nos parece que a Monterrey –eliminado en la liguilla por Tigres, América y Guadalajara se contagiaron con la estrategia cementera de siempre irse para atrás, sin importarles el espectáculo y que hoy bajo esa táctica, uno a uno fueron echados fuera.
A raíz del mal papel en el reciente mundial en Qatar, los dirigentes del futbol mexicano pretenden enderezar la torcida nave. Implementan algunas disposiciones que no parecen suficientes para salir de la mediocridad de siempre. Se reduce de nueve a ocho el número de jugadores extranjeros que puede presentar un equipo, claro que nos siguen pareciendo muchos, tomando en cuenta incluso que aquí hay verdaderos ”troncos” que nada aportan.
Además, desde hace años ya no existe el torneo de reservas, que era el semillero ideal para formar jugadores para la primera división. Existe la Liga Expansión -que vendría siendo la segunda división- en donde también inexplicablemente se admite a extranjeros. Y otro, pero, no hay ascenso y descenso que evidentemente se convierte en un aliciente para los equipos, unos para no bajar y otros para subir a la división inmediata. Así los intereses de los dueños en primera.
Durante muchos años hubo el campeonato nacional de futbol amateur, que reunía a los mejores equipos del fut llanero. Había –seguramente todavía- la llamada rama del futbol amateur, que con Joaquín Badillo al frente vivió momentos de gloria cuando surgen muchachos del tamaño de Hugo Sánchez, por ejemplo.
En fin, las ideas son muchas, pero como nada va a cambiar cuando menos durante los próximos años, México seguirá siendo un país con futbol profesional apenas regular, ya nos rebasó Estados Unidos y a como vamos será un milagro que pasemos de los cuartos de final en la máxima justa, torneo que por cierto por tercera ocasión nuestro país será sede, porque eso sí pocos como los mexicanos, aunque en el mundial del 2026 Estados Unidos (sede principal) sólo nos dará migajas, pero nosotros felices. Así el futbol mexicano.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… En Confianza. *NI*