Segunda parte
A Fátima
El clima en Portugal es agradable, muy parecido al que estamos viviendo en nuestra tierra. Escribo a las 5 de la tarde y de temperatura marca 26 grados en Fátima. Aquí hemos llegado después de que hoy miércoles 4 de octubre, desayunamos en el hotel para salir con maletas alrededor de las 8.30 a la visita panorámica de Lisboa.
Ya somos 61 peregrinos, estamos completos nos dicen Leticia y Soraya, que es a partir de ayer nuestra guía. La capital tiene menos de un millón de habitantes. Vamos a bordo del autobús, justo al parque Eduardo VII que ayer conocimos a pie; ahora nos muestra la Basílica de la Estrella y enseguida el enorme puente de acero, 25 de abril de nombre, sobre el rio Tajo que va kilómetros adelante al Atlántico.
Bajamos para ver y conocer por fuera el monasterio de los Jerónimos, al regreso vamos a entrar, de momento avanzamos uno o dos kilómetros y llegamos a la torre de Belem, uno de los lugares más emblemáticos de Lisboa. Lo recorremos a la distancia porque está dentro del cauce del rio; las fotos de rigor y de regreso para formarnos y entrar al citado monasterio.
Se cumple el programa en la capital del Portugal –la ciudad de la siete colinas- y tomamos carretera rumbo a Fátima. En el camino Soraya nos muestra dos estadios de futbol el del Benfica y el del Sporting. Son 120 kilómetros de distancia y antes de llegar al destino de hoy, hacemos parada para comer. Es buffet muy variado. Con charola en mano recorremos los platillos, piden que te sirvan lo que deseas y al final de la fila te cobran lo que has seccionado y a disfrutan una buena comida.
Se no informa que Fátima es una población de 10 mil habitantes, todo en el lugar gira alrededor de la Virgen que le da su nombre. Se apareció a tres niños pastores allá por 1917. Los hermanos Francisca y Jacinto y Lucía, la prima de ambos. Primero visitamos sus casas al tiempo que nos platican la historia. Los hermanitos hoy son santos, ellos murieron siendo niños y la prima se convirtió en religiosa y fallece apenas en el 2005, su canonización está en proceso.
Llegamos al hotel, justo frente al santuario de Fátima. A dejar maletas, apenas unos minutos y nos vamos caminando a conocer el lugar. La explanada o atrio es enorme, nos recuerda el de la Basílica de Guadalupe en la CDMX o la del Vaticano en Roma. Enorme. El padre José Miguel nos lleva a conocer la nueva iglesia. Es una enorme y muy bello edificio, moderno con capacidad para 11 mil fieles, todos sentados.
Seguimos recorriendo el bello lugar y nos aprestamos a escuchar misa en español a las 7.15 de la noche en una especie de capilla abierta. Al terminar regresamos al hotel para cenar, y a las 9 volvemos al santuario de Fátima para participar 9.15 en el rosario; cada misterio en diferente idioma. En español fue el segundo de los cinco y al final la procesión alrededor del atrio, todos con nuestra respectiva vela encendida encabezada por una enorme Cruz y metros atrás la imagen de la virgen de Fátima. Somos tal vez 5 mil feligreses. Al final, todos de regreso al hotel.
De Portugal a España
Ya desayunados salimos del hotel con todo y maletas porque vamos a misa en una de las nueve capillas que tiene el Santuario de Fátima. Estamos los 61 del grupo y la misa oficiada por el padre José Miguel. Especial emoción que un grupo de tulenses con un Sacerdote de nosotros, digamos, estemos en un lugar tan significativo para los católicos del mundo.
Al final nos dan tiempo para conocer más espacios del Santuario. En el atrio una estatua del Papa Paulo Sexto; otra de Juan Pablo II; una Cruz de fierro en lo más alto. Ahora caminamos a la Iglesia del Santo Rosario de Nuestra Señora de Fátima. En su interior las tumbas de los tres pastorcitos.
Es tiempo de partir y ya nos espera el bus en este jueves 5 de octubre. Enfilamos rumbo a Oporto, la segunda ciudad más importante de este país, pero antes –ya casi al llegar- bajamos a comer y enseguida llegamos a la Quinta de Boeira en Gaia en donde conocemos el procesamiento del vino desde la cosecha de uvas, enormes barricas que le dan sabor. Algunas compramos para llevar, otros sólo probamos y nos vamos para llegar enseguida a Oporto. Una hora la estadía, tiempo justo para conocer la Catedral y la famosa calle de las Flores.
Son más de 200 kilómetros que nos separan de Santiago de Compostela, y más vale comenzar. Al entrar a España hay cambio de horario, una hora más tarde y alrededor de las 10 de la noche al fin llegamos; apenas para llegar a cenar, nos asignan habitaciones y hasta mañana.
Aquí yace Santiago el Apóstol
A partir de las 7.30 listo el desayuno en el hotel Tilos de nombre, espesa neblina y el clima invita a ponerse un suéter, abordamos todos el autobús y en 15 minutos ya estamos en el centro de Santiago de Compostela, entramos a misa de 9.30 en una bella catedral, rápida la misa y al final somos testigos de que diferencia del incensario que todos conocemos, el de aquí en enorme, casi 60 kilogramos, sostenido por una cuerda que nos dicen pesa 110 kilogramos; incensar requiere de ocho jóvenes. Bella ceremonia.
Enseguida podemos pasar a hacer oración en el Santísimo y después a hacer fila para subir por una escalera a la parte posterior del altar, y dar el abrazo de uno en uno al Apóstol Santiago, cuyos restos se nos indica, también aquí permanecen.
Afuera ya nos espera un guía que nos explica de los detalles importantes del lugar, todo alrededor de la Catedral cuya construcción se inició en el año 1075.En la entrada principal del templo la plaza llamada de Obradoiro. Nos llama la atención que dos de las cúpulas de todo el cuerpo arquitectónico terminan en una especie de pirámide como las de la cultura Maya. El guía justifica que en 1535 cuando se construyen ya había europeos en tierras del México precolombino.
Después de comer y conocer las tiendas con variados artículos, tomamos carretera porque nos esperan más de cinco horas de camino pues son más de 500 kilómetros que separan a estas tierras de Burgos. Receso de media hora en el camino para llegar a un sencillo pero cómodo hotel para la cena y el alojamiento.
Ha sido una temperatura agradable todo el viaje. Hoy es sábado y a la hora acordada salimos del hotel ya desayunados y con maletas. En 15 minutos estamos ya en el centro de Burgos. Carlota es la guía local que sin perder tiempo nos acerca a la emblemática Puerta de Santa María. Enseguida una bella Catedral-Basílica Metropolitana de Santa María.
En Catedral el padre José Miguel concelebra en la misa de las 10 de la mañana. Con interés vemos el llamado papamoscas que es una figura de medio cuerpo localizada en la parte alta de la nave mayor, en punto de la hora toca la campana con su bazo derecho y mueve la boca como diciendo la hora.
Hoy, ayer y mañana Burgos está de fiesta, son las jornadas en honor de la figura emblemática nacida en esta tierra, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador. Nos tocó presenciar un colorido desfile con gente vestida de todas las formas posibles de acuerdo con su época (1043-1099). Concurrida asistencia y actividades como el Torneo Internacional de Lucha Medieval que presenciamos con interés. Es tiempo libre y otros fuimos al muy interesante Museo de la Evolución Humana.
Se terminó el tiempo establecido y vamos de regreso al autobús para enfilarnos a Zaragoza. Son 300 kilómetros los que nos separan. La comida es en el camino; reanudamos el viaje, aunque unos 40 kilómetros antes de llegar otra parada, ahora para no violar la ley en cuanto al tiempo que el chofer puede conducir. Cumplido el plazo, algunos aprovechamos para caminar o para tomar algo y en medio hora más ya llegamos y estamos en un cómodo y amplio lugar llamado “Hoteles Santos. Diagonal Plaza” de nombre. (Continuará)
Por hoy es todo, nos leemos en la siguiente entrega, pero… En Confianza. *NI*