Por Magda Olguín
El espejo del cielo, la ciudad de los Atlantes, la Capital Tolteca, necesita hoy un milagro… y lejos de poner todas las expectativas en un nuevo gobierno habremos de empezar a reflexionar desde una perspectiva individual para lograr el objetivo común que todas y todos los tulenses tenemos: que nuestra ciudad realmente sea un polo económico importante en el centro del país, es decir, lo es, gracias a las industrias que nos rodean pero ¿qué pasa con la gente local, esa que ha vivido durante años del comercio en el centro de la ciudad y de sus comunidades y colonias?
La falta de interés de los tres niveles de gobierno para apoyar a los cientos de damnificados después de la inundación y la falta de empatía de actores políticos de la región han hecho de Tula una ciudad a la que se le ha quedado a deber bastante después del acontecimiento antes mencionado y la pandemia.
Normalmente un presidente municipal brilla los tres primeros años de gobierno y el último, hablando de imagen empresarial, se le sugiere no salir mucho al público ya que la gente está esperando al sucesor y la descalificación será una constante en esos últimos momentos de su mandato, digamos que es algo normal que lo anterior suceda, todo producto tiene un ciclo y cuando se cumple hay que reinventarlo y en el caso de la política simplemente las elecciones nos dan una nueva oportunidad cada cuatro años de elegir a quien nos gobernará así que el ciclo se concluye y comienza otro.
En este mandato en particular de Manuel H. en Tula tuvimos un fenómeno muy especial que visto desde la perspectiva del marketing político no hay nada mejor que lo pueda definir como la llana y cierta frase “le tocó la rifa del tigre” y sí la realidad es que el destituido presidente de nuestra ciudad desgastó su imagen desde el primer año de gobierno y no, aunque no lo crea no todo es culpa suya, el contexto en el que fue electo (una pandemia) y la innegable inexperiencia al suscitarse en el segundo año de gobierno una de las catástrofes más importantes de la vida moderna de Tula (sí estoy hablando de la inundación) terminaron por acortar el tiempo de “condono” del pueblo tulense y se hartó mucho antes de tiempo a la ciudadanía y las descalificaciones comenzaron apenas comenzando la mitad de su mandato…y bueno el resto es historia, una mala administración pública que derivó en escándalo y fuga de dinero que aún hay q esclarecer.
Desde el pasado sábado el doctor Mario Francisco Guzmán Badillo, rindió protesta como Presidente Municipal Constitucional de Tula de Allende Hidalgo toda vez que las circunstancias obligaron a acatar la ley y llamar al suplente de Manuel H.
¿Qué espera Tula de esta corta pero significativa administración? Un milagro, sí, la realidad es que en Tula hay muchos pendientes de largo, mediano y corto plazo.
Pero se pudiera comenzar con lo más tangible y visto por la ciudadanía: Tula luce descuidada, los servicios públicos como luminarias, semáforos y basura deben ser prioridad. Poner orden en la logística de recolección de los desechos es fundamental.
Y de ahí irse a las comunidades y colonias de manera particular, para lo anterior se necesitan funcionarios que verdaderamente están comprometidos con la ciudadanía, la plantilla de directores que releve a los actuales debe estar muy bien estructurada con profesionales que tengan la capacidad de solución y si van a repetir personajes pues que al menos hayan dado resultados porque si una vez no pudieron con el paquete ¿qué les hace pensar que esta vez sí van poder? Y lo que es peor: es poco el tiempo y no hay prórroga de mandato.
No hay dinero que alcance para una administración pública por lo que una de las características principales que debe tener un buen mandatario es la gestión. No sólo es comprobar dinero, sino qué hacer para gastar menos de lo previsto y dar mejores resultados con menos recurso utilizado del erario público.
Ser funcionario público es una de las labores más difíciles que puede tener cualquier profesionista, sin embargo, el salir a la calle después de una administración y saludar a tus vecinos con la cabeza en alto es la satisfacción más grande que se puede tener… un milagro para Tula esperamos, pero ojo, la luna de miel durará tres meses a lo mucho, después de ahí, el ciudadano estará esperando al que sigue, así que mucho cuidado con sus acciones a los que hoy se integran…porque el pueblo se los demandará y recordemos que aún sigue sensible ante tanta incompetencia en el gobierno de Manuel H, en fin, nadie se levanta queriéndole hacer daño a México dijeran por ahí, así…¡qué sea lo mejor para Tula!
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