En estas fechas hemos visto al Congreso local muy activo en las tareas que por ley le corresponden, que son precisamente las de legislar. Que se dediquen sólo a eso pidió el secretario Tello, aunque después varios legisladores firmaron documento en donde a través del gobernador manifiestan su inconformidad porque se les pretendía quitar la posibilidad de la gestión, toda vez que ello les permite dar respuesta a la gente de planteamientos de cuando su campaña. Y también porque al gestionar ellos una obra, pueden negociar con el constructor lo que quieran y manden, pero eso es off récord.
El asunto es que en el fin de semana anterior los diputados locales hidalguenses se pusieron las pilas y aprobaron la posibilidad de remover del cargo al gobernador en turno si un porcentaje determinado del electorado así lo decide. Tal como se hizo en el gobierno federal en el caso del presidente de la República, ya durante este sexenio de Andrés Manuel López Obrador.
La ley define la revocación de mandato como el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del cargo del titular para el que fue electo, ello a consecuencia de la pérdida de confianza.
Lo anterior de conformidad con el artículo tercero transitorio del Decreto por el que se declara reformadas y adicionadas diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Consulta Popular y Revocación del Mandato, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 20 de diciembre del 2019 y el artículo 55 de la Ley Federal de Revocación de Mandato.
Regresando al caso Hidalgo, en sesión extraordinaria del Congreso aprobó, previa propuesta del gobernador Julio Menchaca, el viernes la creación de la nueva Ley de Revocación del Mandato mediante la cual ahora se obliga al titular del poder ejecutivo estatal, someterse a este proceso en caso de que sea solicitado por la ciudadanía.
Se establece que el mecanismo se echará a andar a través del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo y de sus correspondientes órganos distritales. Uno de los requisitos para que el proceso inicie es que sea solicitado cuando menos por el 10 por ciento de los electores debidamente registrados en un mínimo de 43 municipios de los 84 que comprenden toda la entidad.
Otra de las condiciones es que puede ser solicitado una vez que el mandatario en turno haya cumplido sus primeros tres años de gobierno. Es decir, cuando ya ejerció el poder cuando menos hasta la mitad de su gestión y, ojo, no antes de este plazo. Todo ello en el marco de la ahora llamada democracia participativa.
Para que proceda la revocación también será necesario que en la jornada de votación haya participado cuando menos el 40 por ciento del total de electores registrados, lo cual parece apropiado. Vale la pena recordar que, en las recientes votaciones constitucionales, el porcentaje de votación ronda entre el 45 y 55 por ciento; de manera que la meta que fijan es apenas un poco menos de lo -digamos- normal.
Esta nueva ley propuesta el año anterior por el gobernador del estado, sigue la guía de lo ocurrido a nivel federal y ahora resta saber qué procede en el caso de alcaldes y regidores que también provienen de una elección. Hoy en día la revocación de mandato para ayuntamientos está en manos de los diputados locales, quienes en sesión del pleno pueden declarar desaparecido a un gobierno municipal, por las causas que la propia ley prevé.
Cabe recordar que, a partir del siguiente periodo de gobierno municipal, los ayuntamientos tendrán una duración nuevamente de tres años en lugar de los cuatro actuales, sin embargo, habrá la posibilidad de ser reelectos una sola ocasión, tal como ya sucede con los diputados federales y estatales.
Normalmente esta nueva ley de Revocación de Mandato deberá entrar en vigor a partir del próximo gobernador, toda vez que Julio Menchaca fue votado para un periodo de seis años, de manera que la ley no tendría aquí un efecto retroactivo. Pero lo importante es que ya existe y habrá que ver si pronto o nunca se pone en práctica, ya dependerá del trabajo del gobernador en turno.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero…En Confianza. *NI*