Como si la situación que hoy vive México le permitiera al gobierno federal tener que buscar en qué ocuparse; en los últimos días surgió la discusión por el contenido de los libros de texto que habrán de entregarse a los escolares para el ciclo educativo que comienza en pocas semanas.
Y como lo hemos visto a lo largo de estos años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la confrontación del ejecutivo con diferentes sectores de la población ha sido el pan de cada día y como se ve así habrá de seguir hasta el último día de su gobierno, establecido a fines del próximo año 2024.
El asunto de los libros de texto manipulados con ideología afín al gobierno que hoy tenemos en nuestro país ya tiene algunos meses en los medios, claro conforme se acerca la fecha del nuevo ciclo, los libros van llegando a más manos lo que ha permitido enterar de su contenido y con ello comenzar a levantar la voz para mostrar su inconformidad.
En febrero pasado una dama periodista cuestionó al presidente por qué gente ajena a la educación pública en México había sido contratada para la delicada labor de elaborar el contenido de los libros. López contestó socarronamente -se lee en la nota- es que nos estamos venezolando. Y sí, no hay que olvidar que un personaje llamado Sady Arturo Loaiza, empleado en estos menesteres en su natal Venezuela por Nicolás Maduro y antes por Hugo Chávez, vino a nuestro país contratado por el gobierno con ese cometido.
No son pocas las voces discordantes con los nuevos libros de texto. Gente incluso que de alguna manera se había identificado con las políticas lopezobradoristas, pero que hoy sí demuestra su desacuerdo con esta pretendida –aunque como siempre negada- ideologización de las futuras generaciones. Se habla de materias de primaria y secundaria que de plano van a cambiar radicalmente.
Hace algunos meses la Unión Nacional de Padres de Familia levantó la voz y acusó que los nuevos libros de texto pretendían involucrar a las nuevas generaciones con ideologías marxista y socialista. Esta organización consiguió en los tribunales una suspensión provisional, que a final de cuentas parece que –una vez más-el ejecutivo va a ignorar.
La iglesia católica ha sido prudente al tocar el tema. En comunicado reciente habla de que el nuevo plan de estudios no considera la educación como una herramienta para fortalecer el capital humano, lo que a su vez puede generar estudiantes carentes de habilidades imprescindibles para su futuro profesional.
Por su parte, el presidente AMLO defiende a los nuevos libros de texto que deberán entregarse a partir del próximo 28 de agosto, alegando que su contenido responde a la nueva realidad que se vive en México y en el mundo. Se habla de aproximadamente 128 millones de libros los que habrá de hacer llegar el gobierno al alumnado.
Ante esto ya hay dos gobiernos estatales, cuyo origen partidista de sus mandatarios por supuesto que no es Morena, que ya dejaron de manifiesto que estos libros en su estado no se van a repartir. Tal es el caso de Jalisco y Chihuahua, mientras que Guanajuato y Michoacán han mostrado también sus reservas, pero que ya dejaron ver su inconformidad por el nuevo tipo de enseñanza que se pretende impulsar a los niños de México.
No debemos perder de vista que todo esto es consecuencia de la llamada Escuela Mexicana de Educación, que fue implementada y puesta en vigor en la Nueva Ley General de Educación en el 2019. El nuevo sistema de enseñanza que ha sido creado y que se va a implementar por primera vez en el año lectivo 2023-24.
Está claro que esta vez no se trata de partidos políticos, tampoco de la salud de los mexicanos que incluye la falta de medicamentos o como en el caso del IMSS de Tula, de la falta de instalaciones. Tampoco se refiere esta vez a la inseguridad que hoy se padece al centro, al norte, al sur del territorio mexicano; esta vez se refiere al futuro de las nuevas generaciones. Qué clase de mexicanos queremos preparar en las aulas.
Es tarea de todos conocer del tema y participar en la construcción de una educación que responda a las aspiraciones de millones de familias que buscamos un México más próspero. No creo sinceramente que alguien anhele una vida como hoy en Cuba o en Venezuela.
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero… En Confianza. *NI*