*El mercado de Tula.
En la parte superior de su puerta central está anotado el año de 1949 como fecha de su terminación del mercado municipal de Tula, llamado Felipe Carbajal Arcia, nombre que se le dio durante la administración 2000-2003 que me tocó encabezar, en reconocimiento a quien fuera aquí alcalde y en cuya época se construyó el inmueble inaugurado el primer mes de ese año, con la asistencia del presidente de la República don Miguel Alemán Valdez y del gobernador Vicente Aguirre del Castillo.
Se sabe que la fecha 12 de febrero es el día en que se colocó en el fondo del pasillo de en medio la imagen de la Virgen de Guadalupe y ya es costumbre celebrar muy de mañana la misa (y después el convivio) para recordar el hecho y que Horacio Narez Pérez continuó -hasta su deceso hace tres años- con la costumbre de su papá don David de estar al pendiente del altar.
El mercado municipal se localiza sobre la calle Morelos y es junto con la Iglesia Catedral y la vieja estación del ferrocarril los tres inmuebles más importantes de la Tula antigua. Espacios que por cierto en nada afectó la terrible inundación que vivió la ciudad entre el 6 y 7 de septiembre del 2021. Aunque es cierto que este centro de abasto no ha estado exento de otro tipo de desastres como el incendio que sufrió una buena parte del inmueble a fines de los 60´s.
Hasta la fecha el mercado es propiedad del municipio. Tiene 89 locales y un número similar de las llamadas tarimas, que son los espacios que se han ocupado para instalar más negocios, sea de los propios locatarios o de otros comerciantes. De manera tal que se calcula que del mercado viven (vivimos) 300 familias aproximadamente, lo que le convierte en una importante fuente de empleo para los tulenses.
A lo largo de su historia los comerciantes del mercado nos hemos agrupado en una organización gremial que se conoce como Unión de Locatarios del Mercado Municipal. Por ella han pasado como dirigentes muchos compañeros. En una época que nos remite a los 60’s, 70’s recordamos a Alejandro Monroy, José Rangel y Francisco Soto.
Después de ellos transcurren varios años sin cambios y en una época siguiente, en los 80’s, se retoma el interés por mantener la Unión y nos toca encabezarla: a un servidor (en dos ocasiones), Ezequiel Maturano, Rosalío Oropeza, Juan Cruz, Sadot Arciniega, Francisco Escamilla, Horacio Narez, Álvaro Martínez, Edgar Olguín.
En los años recientes -lo que vendría siendo otra etapa- y ya sin poder armonizar del todo los puntos de vista diferentes han estado Onésimo Vilchis, Roberto Cid e Iván Alcántara.
Y sin ser la cabeza del comité directivo, pero siempre participando recordamos, entre otros, a Luis Alcántara, Belén Laguna, Manuel Olguín, Alberto Arreola, Roberto Narez, Francisca Pérez Fuentes, Lorena Mera, Laura Castillo, etc.
Se dice que en los primeros años el mercado municipal tuvo varios locales vacíos y sólo al paso del tiempo la gente mostró interés en ocuparlo para después colocar las tarimas. Cabe mencionar que dentro de la Unión de Locatarios se creó la Unión de Tablajeros, gremio que incluía a quienes vendían carne, precisamente, pero no solo dentro del mercado, sino también a negocios con el mismo giro, pero fuera de este inmueble.
Resulta hasta normal que hasta la fecha hoy sean las mismas familias que en tercera o cuarta generación siguen ejerciendo aquí el comercio; de ahí que prevalezcan apellidos como Alcántara, Cid, Castillo, Narez, Pérez, Rodríguez, Sánchez, Saavedra, Olguín, Porras y otros, habida cuenta que no son pocos los casos en que los padres le han dejado el negocio a los hijos.
A final de cuentas hoy el mercado celebra sus 76 años de vida, sirviendo a las amas de casa con la venta de productos de primera necesidad, a veces sobreviviendo con la llegada de las tiendas grandes y de nuestra parte la falta de iniciativa para atraer más clientes. Para ello lo ideal es contar con un centro de abastos limpio, brindar buena atención, ordenado y con pasillos despejados y estacionamiento accesible.
Resulta fundamental la intervención de la autoridad municipal, no sólo como dueños del inmueble, sino que el alcalde en turno delegue las tareas para el trato permanente y de buen modo, en gente con capacidad y sobre todo con honestidad y espíritu de servir en comunicación permanente con todos los comerciantes de mi querido mercado municipal de Tula.
¡Por mientras muchas felicidades por los primeros 76 años de vida!
Por hoy es todo, nos leemos en la próxima entrega, pero…En Confianza. *NI*