El cuidado, derecho universal que debe garantizar el Estado.
El sistema de cuidados son acciones públicas, pero también privadas referidas a la organización social y económicas del trabajo destinado a garantizar la supervivencia de otra persona, con algún nivel de dependencia, y su bienestar físico y emocional.
Estas acciones consideran tanto a las personas destinatarias del cuidado, como a las que lo proveen, incluyen medidas para garantizar el acceso a servicios, recursos, tiempo para cuidar y ser cuidados, así como para velar por su calidad mediante regulaciones y supervisiones.
El cuidado debe ser un derecho universal garantizado por el Estado mediante un sistema de protección social, universal y efectivo, en tanto que a las personas que realizan trabajo del hogar de forma remunerada se les debe garantizar las condiciones de trabajo dignas y suficientes.
Según, la primera edición de la Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC 2024), en México existen 58.3 millones de personas susceptibles de recibir cuidados en los hogares.
Esa población se conforma por personas con discapacidad o dependientes, población infantil de 0 a 5 años; niñas, niños y adolescentes de 5 a 17 años; personas adultas mayores de 60 años y más. Del total de estas personas, 64.5 % los recibe por parte de una persona de su propio hogar o de otro hogar, es decir, no son brindados por el Estado.
En 2023, 31.7 millones de personas de 15 años y más brindaron cuidados a integrantes de su hogar o de otros hogares, el 75.1 % de ellas a cargo de mujeres y el 24.9 % de hombres, es decir de cada cuatro personas dedicadas al cuidado de otras tres fueron mujeres quienes dedicaron, promedio, 38.9 horas a la semana a esa labor, es decir, un empleo de tiempo completo. Mientras que en el caso de los hombres como cuidadores principales el promedio de tiempo dedicado a esa labor fue de 30 horas semanales.
Las personas susceptibles a recibir cuidados son bebés, niñas, niños y adolescentes, y aquellas que requieren atención el resto de la vida como quienes viven con discapacidad, problemas de salud mental, enfermedades temporales y adultos mayores.
Hasta el momento solo en la Constitución Política de la Ciudad de México (2017) se establece que el cuidado es un derecho y se plantea la creación de un Sistema de Cuidados, determina a las poblaciones prioritarias y ofrece protección a las personas cuidadoras.
Sin embargo, es hasta 2023 que por primera vez la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aborda los cuidados como un derecho humano, tras la resolución de un amparo directo y en el que se establece que los cuidados son un bien fundamental para todas las personas, por lo que se debe reconocer el derecho al cuidado, con especial énfasis de las personas con discapacidad y con enfermedades crónicas.
En ese sentido, se establece que el derecho al cuidado, que implica el derecho de todas las personas a cuidar, a ser cuidadas y al autocuidado, tiene su fundamento en diversos instrumentos internacionales de los que México es parte y en la Constitución. Asimismo, se explica que el Estado tiene un papel prioritario en su protección y garantía, y se deben adoptar medidas para que los cuidados no recaigan de forma desproporcional en las mujeres y niñas.
Por ello, reconocer desde los municipios la importancia del trabajo realizado diariamente por las personas cuidadoras a través de implementar algún tipo de política de cuidados, en lo que podría ser un “Sistema Municipal de Cuidados” donde se concrete a través de asociaciones, equipamientos y servicios que pueden ser apoyados o provistos por los Ayuntamientos potenciando la protección de los hogares más vulnerables a través de la colaboración entre distintas unidades municipales ofreciendo un sistema que se implemente progresivamente con el objetivo es atender simultáneamente las principales necesidades de las cuidadoras y de sus familias, poniendo en valor las labores de cuidado y el tiempo dedicado a ellas, fundamental para el funcionamiento de nuestras ciudades y la sociedad.
Con corresponsabilidad en los cuidados, podremos hablar de una verdadera transformación que genere mayor igualdad en los hogares y por consiguiente menos violencia, más seguridad para niñas y niños, restauración del tejido social, construcción de paz, pues cuando hay un sistema de cuidados, la vida se va aligerando para quien se encarga de esa función. *NI*