*100 días.
Por Magda Olguín
Los primeros 100 días de Claudia Sheinbaum al frente de la presidencia de México han estado marcados por decisiones controvertidas y desafíos tanto internos como externos. Si bien ha logrado mantener un alto nivel de aprobación popular gracias a sus políticas sociales, aspectos como la militarización de la seguridad pública, la gestión migratoria y la preparación ante cambios en la política estadounidense requieren una atención más profunda y estrategias más claras para garantizar una gobernanza efectiva y respetuosa de los derechos humanos.
Pero vayamos por partes, en la estrategia de seguridad implementada por la presidenta se ha observado una creciente militarización en tareas de seguridad pública, lo que ha suscitado preocupaciones sobre el respeto a los derechos humanos y la eficacia de estas medidas. Un incidente notable fue el ataque a un grupo de migrantes en Chiapas por parte de una patrulla del ejército, resultando en seis personas fallecidas y doce heridas. La versión oficial culpó a los migrantes, alegando que viajaban en vehículos asociados con delincuentes, lo que ha sido cuestionado por diversas organizaciones de derechos humanos.
Respecto a la gestión migratoria de Sheinbaum ésta ha sido objeto de críticas, especialmente por el nombramiento de funcionarios sin experiencia en el área y la reducción del presupuesto del Instituto Nacional de Migración (INM) para 2025. Estas decisiones parecen contradecir las promesas de humanizar la atención a migrantes y han generado dudas sobre la prioridad que su administración otorga a la crisis migratoria.
Por si lo anterior no fuera poco, la reciente victoria de Donald Trump en las elecciones estadounidenses ha añadido una capa de complejidad a la política exterior mexicana. Sheinbaum ha expresado confianza en que la relación bilateral será de respeto y diálogo; sin embargo, expertos señalan la ausencia de una estrategia integral para enfrentar posibles desafíos, como deportaciones masivas y renegociaciones comerciales. Además, los recortes presupuestales en la Cancillería podrían limitar la capacidad de respuesta ante estas situaciones.
Sin embargo y a pesar de las críticas, Sheinbaum mantiene una alta aprobación popular, alcanzando un 80% según encuestas recientes. Este respaldo se atribuye principalmente a las políticas sociales implementadas, como pensiones a jubilados y becas educativas, que han beneficiado a amplios sectores de la población. No obstante, persisten preocupaciones sobre la inseguridad, considerada el principal problema del país, y la llegada de Trump a la presidencia de Estados Unidos, que genera incertidumbre entre los ciudadanos.
En cuestión económica Sheinbaum ha enfrentado desafíos significativos. Aunque ha mostrado capacidad para manejar emergencias y mantener la estabilidad económica, se le critica por no haber implementado aún cambios estructurales significativos. La violencia en regiones como el sureste y Culiacán sigue siendo un problema persistente, y la amenaza de turbulencias provocadas por la administración de Trump añade presión a su gestión.
Los primeros 100 días de Claudia Sheinbaum al frente de la presidencia han sido un periodo de altos contrastes.
De cara al futuro inmediato, México enfrenta un panorama complejo. En materia económica, el país deberá resistir los embates de una economía global marcada por la incertidumbre y trabajar en fortalecer su mercado interno, fomentar la inversión y garantizar la estabilidad ante eventuales renegociaciones comerciales con Estados Unidos. En política internacional, el regreso de Donald Trump a la presidencia estadounidense añade presión a la relación bilateral, Sheinbaum tendrá que demostrar una diplomacia estratégica y efectiva para proteger los intereses nacionales.
En el ámbito social, el gobierno tiene la oportunidad de consolidar las políticas de bienestar que han sido su sello distintivo, pero deberá hacerlo sin desatender la crisis de seguridad y las desigualdades que aún prevalecen. La estabilidad social dependerá de su capacidad para equilibrar las demandas inmediatas con las reformas necesarias para garantizar un desarrollo sostenible y equitativo.
El futuro de México en este nuevo capítulo estará definido por la capacidad del gobierno para implementar estrategias integrales y transparentes que respondan a los desafíos internos y externos. La sociedad mexicana, con su resistencia y dinamismo, será un factor clave en la construcción de un país más justo y próspero. Sin embargo, el éxito de este proyecto dependerá de las decisiones que se tomen en los próximos meses y de la voluntad política para enfrentarlas con visión y determinación…
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