*Un asiduo participante narra los motivos y la fe que los mueve para acudir cada año a ver a la morenita del Tepeyac.
Por Lupita Rodríguez
Cenovio Rodríguez Cervantes, vecino del municipio de Atotonilco, expresó ante un medio de comunicación que, cuando se unió a la organización para la peregrinación a pie hacia la Basílica de Guadalupe, ésta ya llevaba tres años realizándose. Sin embargo, la organización está por cumplir 40 años.
Las personas que iniciaron y continúan organizando esta peregrinación lo hacen con mucha fe, aunque reconocen que no ha sido fácil. “Continuaremos realizándola, aunque recordamos que durante la pandemia no se llevó a cabo. Cuando iniciamos, participamos alrededor de cuatrocientas personas, pero, desafortunadamente, el número ha disminuido, en parte porque diferentes comunidades también realizan sus propias peregrinaciones desde sus localidades”, señaló.
“Es una emoción indescriptible; hasta ganas de llorar me dan al ver cómo hay familias o personas que disfrutan ir. Por ejemplo, hay un matrimonio que va a dar gracias por el nacimiento de su segundo hijo. Eso me motiva a seguir apoyando esta tradición para que continúe, especialmente por todas esas personas que agradecen lo que la Virgen de Guadalupe les ha concedido”, expresó.
Rodríguez Cervantes comentó que organizar estas peregrinaciones es algo muy bonito, pero implica buscar apoyos. “Tenemos que recurrir a diferentes personas, realizar actividades como los ‘kilómetros de plata’ o dinámicas similares para recaudar fondos, porque las inscripciones no son suficientes para cubrir todos los gastos. Nuestro recorrido comienza con una misa, que este año será el martes 10 de diciembre a mediodía. Al terminar la ceremonia religiosa, nos preparamos para partir”.
“La primera parada es en Los Hoyos, entre Huehuetoca y Apaxco. La segunda parada es Huehuetoca; la tercera, en Las Ánimas, pasando Coyotepec. La cuarta es Cuautitlán; luego seguimos a Lechería. Después, llegamos a Jardines del Recuerdo, y nuestra última parada antes de la Basílica es ‘El Acueducto’. Finalmente, llegamos a la Basílica de Guadalupe entre la 1:00 y las 2:00 de la tarde del 11 de diciembre, donde participamos en las mañanitas a la Virgen de Guadalupe”.
“Afortunadamente, no hemos sufrido ningún accidente durante estos recorridos. Además, hay personas que nos apoyan en el camino; nos ofrecen alimentos, nos animan, y nos dan palabras de aliento para que lleguemos bien a nuestro destino y podamos visitar a la Virgen de Guadalupe”, finalizó.
Por otro lado, Juan Carlos Pérez Urrutia, vecino de la comunidad de Tlamaco, perteneciente al municipio de Atitalaquia, compartió que lleva más de diez años participando en la procesión en bicicleta hacia la Basílica de Guadalupe. “Es muy bonito, es una alegría indescriptible cuando vas llegando a la Basílica y sientes que, con la ayuda de la Morenita, lo lograste”.
“La primera vez que fui a la Basílica de Guadalupe, lo hice debido a una situación de salud que enfrentó un familiar. Le pedí a la Virgen de Guadalupe que lo ayudara, y, cuando se recuperó, decidió cumplir mi promesa de ir a visitarla. Durante cinco años fui a pie, luego empecé a ir en bicicleta y, ahora, voy en motocicleta, pero cada año participo en esta procesión”, expresó.
Juan Carlos Pérez concluyó diciendo: “No debemos dejar que se pierdan estas peregrinaciones; debemos inculcarlas en nuestros hijos y nietos. Es importante no solo pedirle a la Virgen de Guadalupe, sino también agradecerle. Mis hijos también participan en esta peregrinación, y eso me llena de orgullo”. *NI*