*Desde hace décadas los cultivos de la zona se riegan con el agua procedente del Valle de México y su zona metropolitana, lo que ha causado una baja en la productividad.
Por Francisco Villeda
Las aguas residuales del Valle de México y su zona metropolitana que llegan al Valle del Mezquital a través de los emisores afectan a los cultivos pues con el paso de los años ha bajado la productividad de las tierras.
En eso coinciden comisariados ejidales de por lo menos tres ejidos en la zona, quienes reportan que desde hace años algunos observan estas afectaciones, sin que las medidas implementadas por las autoridades, den resultados favorables.
Jesús Aguilar Quijano, miembro del comité del comisariado ejidal de El Llano, en Tula de Allende, señala sin tapujos que las aguas residuales que llegan a través de los canales están muy contaminadas, lo que afecta a los sembradíos de riego, pues ha bajado la productividad de las tierras,
Esto ha ocasionado que algunos cultivos ya no se den, como es el caso del chile, la cebolla, el frijol, y por eso lo único que se cosecha, o al menos medianamente con éxito, es el maíz, alfalfa y avena. Lo demás, insiste, ya no se logra por la afectación de los residuales que llegan del Valle de México.
Pero no es nuevo, desde hace 30 años se notó la disminución, pues antes de eso había buena producción de chile, tomate y jitomate que se daban en gran cantidad. Las soluciones que se han implementado desde el gobierno federal no dan los resultados esperados.
Aguilar sostiene que la Planta Tratadora de Aguas Residuales (PTAR), de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) no funciona como debe ser. Acusó que el gobierno invirtió mucho dinero en esa infraestructura pero no se le da el uso que debería.
El agua pasa, una parte la meten a tratamiento o en ocasiones simplemente no se le hace nada, aunque su objetivo era sanear el agua para tener un mejor aprovechamiento y que los cultivos fueran de mejor calidad, pero no ha sido así.
Esa planta prácticamente no atiende todo el volumen del agua a tratar, sólo hace una parte, además de que le quita los nutrientes que benefician a los cultivos, y en consecuencia lo que llega a las milpas son los contaminantes, entre ellos los desechos industriales.
Vicente Mendoza Leónides, comisariado ejidal de El Llano expone que en los canales de riego cuando se hace limpieza se aprecia mucha basura en el bordo, el margen, y lo mismo sucede cuando los niveles del agua bajan, pues ahí se aprecian todos los residuos que se envían a estos cuerpos de agua.
La PTAR no nos beneficia, es una inversión que no tiene resultados o no los que se esperaban por parte de nosotros como agricultores, dice molesto el representante del ejido conformado por 520 hectáreas.
A pesar de la falta de resultados de esa planta, añade, la empresa que opera dicha infraestructura cobra anualmente una cantidad millonaria por su operación, e insiste que lejos de beneficiar perjudica sus cultivos.
Pone de ejemplo el cultivo de chile, pues refiere que los ejemplares crecen grandes, pero al momento de florecer se secan y se pierde toda la siembra. Le atribuye este daño a las empresas que vierten residuos al río.
“Las empresas contaminan mucho, una de ellas Comisión Federal de Electricidad (CFE), que expulsa contaminantes, y ésta es usada cien metros adelante por los ejidatarios de El Llano para regar sus tierras”, recrimina.
Y, añade: “Cuando nosotros regamos nuestra tierra para sembrar, lo que conocemos como el remoje, nuestras tierras al otro día están ‘ensalitradas’, blancas, pues no se le da tratamiento adecuado al agua”.
Ante las dependencias han expuesto esta situación, y ahora, como alternativa les ofrecieron agua de otros canales, El Salto-Tlamaco y el nuevo Requena, para rebajar la contaminación del canal Dendho, pero todavía no se llevan a cabo las obras.
Obras afectan manantiales
Mendoza expone que a raíz del revestimiento en el canal Requena nuevo se detectaron varios manantiales de gran volumen, no obstante, por las obras ya no siguen su cauce y al buscar salida han afectado aproximadamente 200 hectáreas de cultivos por la humedad.
La tierra en esta zona afectada presenta mucho salitre, pasto y hierba, mientras que árboles como mezquites o sauces se están secando debido a la gran cantidad de agua que reciben.
Actualmente está en proceso una alternativa para atender la problemática, y como parte de ello se hicieron algunos pozos de monitoreo a fin de detectar los niveles del agua, tanto en temporada de lluvias como de sequía, para que se le dé solución.
En otro punto también hay acciones que pretenden remediar la contaminación en la zona. Víctor Ángeles García, comisariado ejidal de san Mateo, situado dentro de la comunidad General Pedro María Anaya, de Tepetitlán, revela que recientemente y en conjunto con el ejido La Loma, se concretó un proyecto que inició desde 2016, y el cual está relacionado a las aguas residuales que cruzan los ejidos desde 1959 y hasta la fecha.
Recuerda que en ese entonces Recursos hidráulicos ofreció a los campesinos mejorar las tierras que fueran afectadas y por décadas el tema no se atendió, pero al parecer en este momento habrá justicia y si continúa todo “por buen camino” próximamente el gobierno saneará 210 hectáreas afectadas por la filtración de las aguas de la presa Endhó, y para ello una empresa ya desarrolla los trabajos en ambos ejidos.
Ángeles dice que al ejido San Mateo lo habían dejado fuera del área contemplada como contaminada por la presa Endhó, sin embargo, subraya que el municipio de Tepetitlán recibe todas las aguas residuales del Valle de México, pues por Tula sólo transitan.
“Cuando llega mucha agua termina por salirse por el vertedor hacía el sistema hidrológico Tula-Moctezuma-Pánuco, cruzando el ejido, afectándolo pues cuando se derrama sube hasta dos metros arriba del nivel del suelo, sin que esas pérdidas sean reconocidas por las autoridades para un pago de indemnización real”.
Y es que, explica, tras el derrame del río Tula y de la presa Endhó registrado en septiembre de 2021, les pagaron “mil 500 pesos por hectárea, recurso que no alcanza ni para un barbecho”, pues perdieron semilla, cultivo, trabajo, al menos 10 mil pesos invertidos por hectárea de cultivo.
A pesar de esto, en Conagua no reconocieron a su ejido como afectado, sin embargo luego dialogaron con el director de la dependencia y aceptó reconocerlos como tal, pues la presa se extendió 800 metros, además de que la espuma generada en el río afecta a los cultivos, pues son contaminantes que queman la cosecha.
Pero no sólo fue eso, pues esa venida del río desgajó los bordos del río, por lo que el hombro del cauce se lo llevó y ahora requiere reparación pues cuando se llene de nuevo el río habrá desbordamiento.
Enfermedades
El agua residual afecta la salud de los habitantes, refiere Ángeles, toda vez que en las comunidades aledañas hay muchos casos de enfermedades respiratorias, gastrointestinales, oculares y cáncer, esta última con una alta incidencia
Para el cáncer no hay una atención adecuada en la zona y los pacientes tienen que trasladarse a México, pero allá no los reciben en ocasiones por falta de espacio. “Todos los que vivimos en la ribera de la presa estamos expuestos a eso”.
Se tienen detectadas a personas con cáncer, y en el caso de su ejido, tienen identificadas a dos personas con cáncer en fase terminal, más otros con este mismo padecimiento. Uno de estos casos, dice, es el de Estela, quien presenta cáncer en los pulmones, en estado avanzado, mismo que surgió “de la noche a la mañana”.
El otro caso es el de Alfredo, quien padece cáncer en el cerebro. Algunos niños en el ejido también padecen cáncer. Varios pobladores han muerto de cáncer, y esto seguirá en los próximos años si no se atiende el tema.
Agustín García Cerón, es comisariado de La Loma de Tepetitlán, uno de los ejidos que también es de los más afectados por la presa Endhó. Se encuentran en la misma situación que el ejido de San Mateo, resume.
Ante estas afectaciones a la salud y el campo se acercó, como muchos ejidos de la zona al Movimiento Social por la Tierra (MST) para respaldar la lucha de sus líderes Yuri Uribe Montero y Francisco Chew Plascencia.
“Se están gestionando varios temas, entre ellos el de la fumigación, pero luchan por todas las comunidades y ejidos, pues somos los más afectados, toda la contaminación la recibimos. Como autoridades el pueblo nos pide luchar y eso hacemos con apoyo del MST, es la lucha de los pueblos ribereños”.
Otra de las acciones de remediación ante las afectaciones que trae consigo el agua residual se dio con la habilitación del pozo de agua potable El Jagüey, explica Melecio Serrano Castillo, delegado auxiliar de La Loma,
“Ya nos ayudaron para hacer uno nuevo, pues el pozo El Torreón que da servicio a San Pedro Nextlalpan y Daxthó, de Tepetitlán, ya está muy contaminado con metales pesados; pensamos que de ahí viene el cáncer, pues tiene mercurio, arsénico, manganeso y plomo por encima de las normas, por ello ese pozo no debería estar trabajando ya”.
Relata que desde hace tres años ya opera el pozo nuevo y de ahí se les compartirá agua potable a comunidades cercanas, pero señala que se requiere apoyo del gobierno estatal, pues por el momento sólo tienen la ayuda de las administraciones municipal y federal
El agua residual del Valle de México y su zona metropolitana sigue llegando cada segundo al Valle del Mezquital y con ello toda su contaminación, mientras las acciones para remediar su impacto avanzan a marcha lenta. En este escenario la región de Tula se encuentra en espera del apoyo federal para la restauración integral de la zona. *NI*