*Alemania y Polonia
(Tercera de cuatro partes)
Por José Guadalupe Rodríguez Cruz
Tres lugares emblemáticos
Después de jornadas que han sido de intensa actividad, hoy domingo parece un día descansado. Otra vez busco muy de mañana el lugar de la cita al tour de al rato al que nos hemos anotado desde Tula; pero al salir me encuentro con intensa lluvia, que de plano no me da chance de ir a trotar. Va un segundo intento, ya son las 6.30, y ahora sí se cumplen los objetivos de conocer el lugar de la cita y localizar un espacio para el ejercicio. Después de un rico regaderazo, bajamos a desayunar y todo listo para ir caminando a la puerta de Brandeburgo.
La cita es a las 11 y son 20 minutos antes para llegar tranquilos al punto de encuentro, la clave es encontrar al guía con sombrilla roja, lo ubicamos de inmediato y las presentaciones de rigor. Es un joven chileno de nombre Gabriel, periodista de profesión y tiene un año por estas tierras en donde estudia y se gana la vida con esta grata tarea de enseñar a los visitantes de habla hispana algo de lo mucho que tiene Berlín.
En total somos 13 del grupo entre españoles, argentinos, brasileños y un par de mexicanos, o sea nosotros. Nos platica del lugar de la cita, es decir de la puerta de Brandeburgo. Hay 14 como ésta, sin embargo, es aquí el lugar más famoso y escenario de grandes historias en la vida de Alemania. Nos invita a disfrutarlo también de noche, nos recuerda al Arco del Triunfo de París. Tiene en su parte más alta una cuadriga de cobre con la Diosa de la Victoria.
Una parte de la explanada está bellamente empastada y con motivo del torneo de futbol se ha instalado una enorme pantalla para disfrutar aquí del deporte más popular del mundo y del que por supuesto Alemania no es ajeno. Es domingo y el turismo es bastante numeroso; mientras que nosotros nos vamos caminando para encontrarnos a nuestra izquierda con el llamado Memoria de los Judíos. Es una extensa área con 2 mil 711 bloques de concreto unos más altos que otros, pero del mismo tamaño, parece un panteón, pero no lo es; es el homenaje a los 18 millones de personas que murieron de los cuales se calcula que 7 millones eran judíos. El guía nos invita a caminar en silencio y con respeto entre el Memorial. Por supuesto que nos impacta el imaginar lo que fue la obra de Adolfo Hitler, nombre y sobre todo apellido que nos dice Gabriel, está hoy prohibido en el país por razones bien entendibles.
Seguimos la caminata y nos detenemos en lo que nos dice es o fue el búnker de Hitler. Nada que llame la atención, se localiza entre una zona habitacional y le distingue un círculo de tierra de unos cinco metros de circunferencia y cercado por una especie de troncos que sirven a la vez para sentarnos y escuchar al guía. Ocho metros bajo tierra, justo en este lugar el triste personaje se ocultaba de sus enemigos.
Gabriel nos aclara que con la modestia y simpleza del lugar busca evitar el gobierno algún reconocimiento a la figura de Hitler. La Alemania de hoy entonces, apenada por el actuar de este político, militar y dictador alemán de origen austriaco, trata de ocultar todo lo relativo a su actuar desde 1933 hasta su muerte en 1945.
La siguiente visita del recorrido es a un enorme edificio que hoy es la oficina recaudadora de impuestos en Alemania, pero que, en aquellos años de la Segunda Guerra Mundial, fue la oficina del multicitado Adolf Hitler. Es una mole de concreto que, por su uso o aprovechamiento de hoy en día, sigue sin estar en el buen ánimo de los alemanes.
El tercer lugar importante de la visita de hoy, no en orden de trascendencia, es el llamado Muro de Berlín. Con motivo de la guerra, en su momento se dividió en dos a un país. Alemania occidental y Alemania Oriental. Como su nombre lo indica es un muro de concreto del que hoy se conservan tres tramos digamos. En su creación en 1961 era simplemente alambre el que dividía al país en una longitud calculada en 150 kilómetros.
Hay que recordar que Alemania fue la capital del tercer Reich entre 1933 y 1945 bajo el régimen nazi de Hitler y durante la Segunda Guerra Mundial la ciudad sufrió bombardeos intensos que le ocasionaron una devastación casi total. La caída del Muro ocurre apenas en 1989 y con ello se significó en un símbolo de reunificación alemana al tiempo que somos testigos del colapso del comunismo en la Europa Oriental. Es en octubre de 1990 cuando Alemania fue oficialmente reunificada y Berlín declarada nuevamente como su única capital.
La historia es tan amplia que sobre estos hechos se han escritos no centenares, sino miles de libros en todos los idiomas y en todo el mundo, pero hoy el tour es breve y minutos después don Gabriel se despide de nosotros y nos invita a dejarle un apoyo voluntario por su trabajo que ha sido bueno.
No hay más compromiso para nosotros en este domingo y nos dedicamos a conocer algunos lugares de esta parte de Berlín. El tiempo es nublado con chubascos como el de muy en la mañana que me impidió en un primer intento ir a trotar. A la hora de la comida buscamos qué y finalmente optamos por una Pizza que es igual que en todos lados del mundo. Por mientras es hora de irnos al hotel.
Impactante el Memorial
La cita hoy lunes primero de julio es en la explanada de Alexander, entre la estación del Metro y la fuente Brumen. Ya somos “expertos” en utilizar este medio de transporte, así es que sin dilación y después de las actividades cotidianas de trotar, el baño y el desayuno, nos encaminamos a la estación Potsdamer Platz. Es la línea roja que tomamos ayer para ir al estadio olímpico, pero ahora en sentido inverso, rumbo al Pankow y bajarnos en Alexanderplatz.
La cita es a las 9.30 y llegamos con calma 20 minutos antes. Es un peruano el guía, “llevo aquí 20 años, 18 de los cuales como guía de turistas”, acotó al tiempo que nos pasa lista, somos 29 personas de todas las edades y nos indica movernos 50 metros para atravesar una especie de pasaje comercial y vemos que vamos con otro grupo de 15 con su propio guía, pero en inglés.
Salimos de Berlín y los guías comienzan con su chamba, unos minutos para cada uno, aunque nos parece que el otro guía es más amplio en sus explicaciones, pero en una hora ya llegamos a nuestro primer destino es el memorial Sachsenhausen, sin perder de vista que el tiempo por momentos despejado y en otros una lluvia de esas que decimos que parece que no, pero cómo cala.
Construido por los nazis en 1936 el campo de concentración de Sachsenhausen está ubicado en la población de Orannienburg en Brandemburgo y su terrífico objetivo fue confinar o liquidar en forma masiva lo mismo a opositores políticos, judíos, gitanos, homosexuales, también a prisiones de guerra y hasta a testigos de Jehová.
Nos platica Jaime el guía, que aquí fue el campo de concentración más grande del nazismo y en su momento centro de internamiento de los que fue la República Democrática Alemana y a partir de 1993 es hasta ahora un gran museo-memorial en recuerdo de todas las víctimas de aquellos años.
Se dice que llegó a albergar 200 mil internos, esclavizados, explotados y muchos de ellos asesinados con gas, como resultados de los castigos inhumanos o hasta por motivo de diversos experimentos médicos. Acompañados del guía visitamos gran parte del lugar que desde 1963 pertenece a una asociación llamada Asociación de Monumentos de Brandeburgo. Cuenta con 13 exposiciones permanentes de todo tipo relacionadas a sus terribles objetivos.
Como si la lluvia buscará hacer más sombría nuestra presencia en el lugar, nunca cesó en las casi tres horas que aquí permanecimos, pero llegó el momento de salir y ahora ya todos en bus nos dirigimos al pueblo Postman, al que llegamos en tal vez media hora. Es un lugar con cerca de 150 mil habitantes, es decir como Tula. Está lleno de historia porque aquí fue la residencia de los Reyes de Prusia con sus bellos e imponentes palacios y sus numerosos parques.
El guía es amplio en sus exposiciones al referirse sobre todo al Rey Federico el Grande que por los años de 1740 construyó este palacio. A partir de 1990 Postman es parte del patrimonio de la humanidad y es parte de la llamada Red de Ciudades Creativas como ciudad del cine, pues es aquí por ejemplo en donde en 1912 se crea el primer gran estudio cinematográfico del mundo.
Con alrededor de 20 lagos, el lugar es interesante porque del total de su territorio se considera que las tres cuartas partes son áreas verdes. Es necesario insistir que sus años de mayor gloria los adquiere cuando el reinado de Federico Primero. Berlín se convierte en la capital de Prusia y posteriormente del imperio alemán, pero Potsman se mantiene como la sede de las Cortes y de varias otras de sus oficinas.
Hechos históricos cuando en marzo de 1933 se dan la mano aquí el presidente Paul Von Hindenburg y el para entonces canciller alemán Adolf Hitler en la llamada iglesia de la Guarnición, Garnisonkirche. Tiempo libre para conocer el centro de la población y comer algo porque son casi las 5 y ya es hora.
Ya estamos de regreso al centro de Berlín y el viaje en bus es propicio para que los guías nos puedan explicar algo de lo mucho interesante con lo que cuenta el capital alemán. Urbe de alrededor 4 millones de habitantes con una larga historia que la convierte sin duda en una de las capitales más importantes del mundo contemporáneo. Continuará…