*Polonia y Alemania.
De México a Berlín
De mis aficiones por los viajes y el futbol desde hace meses comencé a leer de la Eurocopa del 14 de junio al 14 de julio en Alemania, me prometí hacer lo posible para ir y conocer un lugar lleno de historia como Berlín y aprovechar para ver algún partido de ese torneo. Lo empecé a comentar con la familia y todos de acuerdo salimos Gris y yo de Tula por AVM al mediodía del martes 25 de junio del 2024. Nos fuimos del aeropuerto de la CDMX programada a las 19.50 hrs. en el vuelo 599 por Lufthansa.
Qué bueno que nos vinimos con buen tiempo de nuestro Tula, tres horas y media a la capital, ya si no es un motivo es otro, pero es cosa normal. Nos subimos al Metro y en poco menos de media hora ya estábamos en la terminal aérea a las 16 hrs. Como en otras ocasiones Pepe el hijo nos preparó la travesía. Y antes de abordar nos esperaba Laura la otra hija para saludarnos y despedirnos.
La nave de la empresa alemana es enorme, con capacidad para 300 pasajeros B747-8 y está al cien por ciento, con un grupo de tal vez 50 jóvenes de secundaria de un colegio alemán de la capital del país, por lo que vemos en sus uniformes de color azul. Un poco más de 10 horas de viaje, bien atendidos con una comida y un desayuno incluidos. A la hora del ingreso formal, migración sería para nosotros, muchas preguntas y no fácil de responder por el pequeño inconveniente del lenguaje, pero en una combinación de señas y lenguaje entre inglés, alemán y el español todas bien contestadas y entonces willkommen a Alemania.
Enorme el aeropuerto de Frankfurt, la espera será larga, ya con el horario de Europa llegamos alrededor de las 3 de la tarde del miércoles y la salida del mismo aeropuerto para Berlín está programada para las 7.50 de la tarde. Más de cuatro horas para caminar, ver, ubicar el punto de salida y a la hora indicada abordamos un avión de la misma línea, ahora mucho más chico es un vuelo doméstico.
Ya a bordo una espera inesperada de poco más de una hora, un fuerte aguacero hace inevitable cierto temor; pero la lluvia cesó y con un lindo arcoíris en el horizonte es el marco ideal para levantar el vuelo y sin otro contratiempo en menos de una hora ya estamos en Berlín. Caminar para recoger el equipaje y demás nos hace salir del edificio después de las 10 de la noche. El chofer contratado de mal modo por la espera nos reclama la tardanza, nosotros ni en cuenta pues ni le entendemos y vámonos al hotel Hampton by Hilton East. En 25 minutos llegamos y con el mismo carácter ni adiós nos dijo el conductor, tampoco hubo propina en consecuencia. Y ya es hora de dormir para pasar nuestra primera noche por estas lejanas tierras.
En tren a Varsovia
Siempre de poco dormir pude darme cuenta de que antes de las 5 de la mañana ya hay luz del día en Berlín. Antes de las 6, y para no perder la costumbre, salgo a trotar y sabedor que la estación del tren está cerca, voy a conocer el recorrido que haremos en un rato más, calculó los tiempos y son menos de 15 minutos del hotel a la estación Berlín Ostbahnhof, troto por los alrededores, descubro una bella plaza con un escenario que por fuera se ve que es muy grande, UberArena, de nombre. También por la zona corre el río Spree. Aprecio un bello puente Oberbau brücke que le adornan dos torres de épocas medievales.
Son las 8 de la mañana y ya estamos en el restaurante del hotel para un inmerecido pero necesario desayuno, para que después de las 9 ya vamos en camino a la estación del tren y en punto de las 10.03 abordamos con destino a Warszawa, o sea Varsovia en Polonia. Serán aproximadamente cinco horas de viaje para los poco más de 500 kilómetros.
Viaje sin sobresaltos, los vagones ya se ven de uso, pero en buenas condiciones Tiene una especie de gabinetes con seis asientos; en el camino hay varias paradas, pero de apenas algunos instantes, nuestros compañeros de viaje son en diferentes tiempos una dama, una joven, dos matrimonios. Tal como está anunciado en nuestro ticket a las 3 con 7 minutos estamos llegando a la estación de Varsovia.
No tenemos reservado el traslado al hotel y me apoyo en la aplicación para solicitar lo que allá sería el Uber; aquí es Bolt. El costo del traslado es de 40.22 ztoty que a la hora de escribir es PLN y al convertir a pesos mexicanos serían 4 de aquí por uno de allá, es decir pagamos 162 pesos aproximadamente en un viaje que duró unos 20 minutos, el chofer ¡no habla polaco! Es un jovencito de nombre Asadbeck, originario de Uzbekistán.
Llegamos a un hotel lujoso y muy antiguo, es el Bristol en el corazón de la capital polaca. Apoyados con el traductor del celular, aunque lento nos hacemos entender con el joven polaco en funciones de recepcionista, vamos al quinto piso y la habitación corresponde a las características del inmueble. No hay más tiempo que perder, dejamos maletas y salimos a la calle para empezar a conocer la capital de Polonia por su parte más bella e interesante, el casco histórico de la parte también llamada Ciudad Vieja.
Son casi las 5 y para comer no nos hacemos del rogar, se siente el calor, la temperatura igual a la de Tula. Siguiendo la regla de que en un restaurante en donde hay gente se come bien y sabroso nos sentamos sin dilatar y para la sed no hay como una cerveza para empezar. Ambos pedimos carne de cerdo, para Gris chamorro muy suavecito y le pareció sabroso; yo costillas con hierbas, también muy rico. Gracias a Dios.
Caminamos el resto de la tarde. Muy bello lo que vimos, construcciones antiguas que ya nos explicarán mañana en detalle. Al pedir que nos tomaran una foto nos encontramos con un paisano a quien evidentemente le dio gusto vernos. Es un médico de Guadalajara -nos platica- que pasado mañana se va de regreso después de un año en que estuvo en Varsovia para estudiar una subespecialidad en cirugía de cadera. Nos sugiere qué hacer, qué visitar y nos despedimos. Regresamos al hotel después de las 9.30 pm y ¡todavía con luz del día!